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Sin embargo, el sorprendente diluvio de las últimas lluvias en Europa Occidental ha provocado el desbordamiento de los ríos, lo que ha provocado importantes daños y trágicas pérdidas de vidas humanas en Alemania, Bélgica y los Países Bajos.  Estos países no son los únicos que están sintiendo el impacto de las lluvias intempestivas; también hemos visto importantes inundaciones en el Reino Unido y varios países de todo el mundo están experimentando fenómenos meteorológicos extraños.

Pero hay algo  que es evidente: ¡el clima está cambiando! En TwentyFour AM acogen con satisfacción el ambicioso plan de la UE para conseguir la neutralidad del carbono en 2050.

Frans Timmermans (Vicepresidente de la Comisión Europea) presentó recientemente la hoja de ruta "Fit for 55". El plan (que, al más puro estilo de la UE, podría enfrentarse a años de negociaciones) propone impuestos sobre los carburantes de los aviones, las emisiones del transporte marítimo, el aumento de los objetivos de las energías renovables y la plantación de tres mil millones de árboles, entre otras iniciativas para combatir el cambio climático. Como ya se ha dicho anteriormente, planes como el "Green Deal" europeo pueden tener un impacto inflacionista cuando llegue la factura final.

Como parte de estos planes, la Comisión también ha presentado una propuesta que espera que reduzca las emisiones de CO2 de los vehículos de carretera en un 55% (en comparación con los niveles de 1990) para 2030 y en un 100% en 2035.

Así, la producción de nuevos vehículos con motor de combustión  cesará en la UE en 2035. Aza Teeuwen está impaciente por ver qué nuevos y emocionantes automóviles pueden diseñar los fabricantes, algunos de los prototipos parecen muy prometedores.

De hecho, en los últimos años han dado pasos importantes; sin embargo, aún estamos muy lejos de conseguir que la totalidad de los coches europeos se propulsen con electricidad o hidrógeno. Asimismo, el objetivo supone la aparición de la infraestructura necesaria para que los conductores carguen las baterías de forma eficiente y sostenible, un impulso que se ve dificultado por la escasez de chips.

Dicho esto, la industria ya ha dado pasos importantes en los últimos años y, entretanto, los gobiernos están formulando políticas para acelerar la transición a los vehículos eléctricos, y algunos ofrecen exenciones fiscales para la compra de este tipo de coche. Asimismo, varias grandes ciudades han prohibido los automóviles diésel más antiguos.

Aunque el experto reconoce que la industria del automóvil está atravesando tiempos apasionantes, como inversor en deuda le preocupan algunas cosas.

En primer lugar, muchos fabricantes venderán un automóvil y concederán un préstamo simultáneamente a través de su entidad bancaria. Los fabricantes financian estos préstamos para automóviles emitiendo, entre otras formas de financiación, acuerdos de ABS para automóviles.

Empresas como VW, Mercedes, PSA, Fiat, etc., han aplicado esta técnica durante décadas. Por lo general, nos gusta la financiación de préstamos automotrices de primera calidad, pero ha habido un desarrollo en el que estamos menos entusiasmados.

Uno de los productos que ofrecen los fabricantes de automóviles es un plan de recompra que ofrece a los clientes un precio garantizado por su coche al cabo de cuatro o cinco años. Este "riesgo de valor residual" puede formar parte del acuerdo de ABS (ciertamente no es el caso de todos los acuerdos), por lo que en lugar de sólo financiar el préstamo en sí, también se está asumiendo el riesgo de crédito sobre el valor futuro del vehículo.

Y en este punto es donde las cosas se complican. Podemos modelar todo tipo de riesgo crediticio siempre que haya suficiente protección en la estructura para que los inversores se sientan cómodos con cierto grado de riesgo de valor residual. Sin duda, no es un problema para los bonos con calificación de grado de inversión, pero cuando se modelan para una inversión en bonos sub-IG (donde se obtiene menos apoyo crediticio), los inversores quieren tener un alto grado de certeza en sus supuestos.

Normalmente, el confort lo proporcionan décadas de rendimiento histórico, que podemos analizar. Sin embargo, como el sector del automóvil sufrirá tantos cambios en la próxima década, será mucho más difícil estimar los precios futuros de los vehículos de segunda mano. Este dilema no supondrá un problema durante los próximos dos o tres años de operaciones de ABS (ya que suelen ser de naturaleza a corto plazo), pero después necesitaremos algún tipo de claridad o garantía por parte de los fabricantes de automóviles (así como de la UE) para estar dispuestos a financiar préstamos para automóviles.

Así que, al adentrarnos en este nuevo y valiente mundo, nos surgen muchas preguntas.