La semana acabó con Wall Street en rojo por todo lo que pasó, como las previsiones del FMI, que fueron catastróficas para la economía global, y también para Estados Unidos en particular.

Así es. Estamos teniendo ahora un mix de datos, entre los económicos en Estados Unidos, que, de alguna manera, están recuperando a pesar de lo catastróficos que son, y también los del FMI, que muestran una recesión muy importante a nivel global. A ello se suma también el número de casos que estamos observando en Estados Unidos y otros países como Brasil.

Como consecuencia de eso, tenemos un mercado que ya llegó a los máximos históricos en el caso del S&P 500 y el Nasdaq, y que ahora empieza a retroceder. La gran pregunta en Wall Street ahora es: ¿cuánto puede caer si volvemos a tener un estrés similar al de marzo? La respuesta es que es muy poco probable. Estamos observando estímulos, tanto monetarios como fiscales, que nunca antes habíamos visto.

En realidad, esos estímulos, incluso hoy en día, no se han utilizado en gran parte, particularmente los monetarios de la Reserva Federal o del Banco Central Europeo. Asimismo, se espera otra ronda de estímulos fiscales en Estados Unidos, y probablemente en otros países desarrollados. Es lo que va a ayudar a que los mercados no caigan y no tengan la misma coyuntura del marzo pasado.

Los récords en casos de coronavirus en Estados Unidos están haciendo que algunas economías hayan decidido parar las reapertura. ¿Cómo puede afectar esto al conjunto de la economía del país?

A día de hoy ya tenemos casi 2,5 millones de casos de coronavirus en Estados Unidos, que, para una población de 320 millones de habitantes, es relevante. Pero también tenemos que entender que la dinámica de contagio del coronavirus es muy diferente. Estamos viendo personas mucho más jóvenes que se están contagiando, que tienen un riesgo mucho más bajo, por lo que los niveles de hospitalización no son alarmantes.

Por otro lado, algo que es muy importante y que el mercado también está descontando es que no estamos viendo una segunda ola del virus como consecuencia de la apertura. Estamos observando que, en estados donde no se manejaron de la manera correcta las políticas de distanciamiento, como Florida, Texas, California o Arizona, y donde hay cierta informalidad por parte de los ciudadanos, es donde hemos empezado a ver esos repuntes. El secretario del Tesoro ya dijo que la economía no se va a volver a cerrar, que se aprendieron lecciones y ya, en caso de que tengamos cierres económicos, van a ser mucho más sectorizados y no van a tener el mismo impacto económico que hubo en el primer cuarto del año.

Hablaba también de inyecciones económicas por parte del gobierno. ¿Cree que habrá más dinero y que sería la manera de que muchas empresas o cierren, o acabarán cerrando conforme está la situación? Tenemos ya más de 47 millones de desempleados en el país.

Los niveles de estimulo e inyección, tanto fiscal como monetaria, nunca antes los habíamos visto. Sin duda, han sido esfuerzos que han permitido que la economía no entre en colapso a nivel global. A pesar de que estamos teniendo caídas en la actividad económica mayores a las de 2008, no existe el mismo colapso por esta misma razón.

Respecto a los estímulos monetarios de Estados Unidos que la Reserva Federal ha creado para proveer inyección y tranquilidad a los mercados, actualmente menos del 10% se están usando. Eso demuestra que todavía hay mucho campo, por si la situación empeora, para que los estímulos se ejecuten y ayuden a que la economía no se quiebre. Igualmente, ya estamos esperando que en julio se apruebe ante el Senado la quinta ronda de estímulos fiscales en Estados Unidos, que, sin duda, será de más de un trillón de dólares.

Nuevamente, lo que es más preocupante son los países que no tienen ese mismo colchón que Estados Unidos o la Unión Europea, es decir, los mercados emergentes, que no tienen la misma capacidad para crear ese estímulo fiscal y monetario. Son países que tienen una situación fiscal bastante deteriorada y que, adicionalmente, tienen un alto índice de informalidad en la economía, y por eso, los niveles de hospitalización están colapsando. En este sentido, la situación es más preocupante.

Volviendo a Estados Unidos, la semana pasada se publicaron otros dos datos: el Producto Interior Bruto, que se ha contraído un 5%, y la deuda, que superó los 26 billones de dólares por primera vez en la historia. ¿Cómo se traduce esto para los bolsillos de los estadounidenses?

En cuanto a la caída económica, el promedio hoy en día es de casi el 6% de contracción en la economía americana, e incluso he visto proyecciones de casi un 10%. La realidad es que hoy todavía estamos un poco a ciegas de cuál será el verdadero impacto económico de este virus sobre la economía a nivel global. Efectivamente, podría ser un poco peor, pero ya hablamos de cómo se está contrarrestando con los estímulos.

En cuanto al déficit fiscal, sin duda es un problema muy preocupante para la economía americana, y es un problema de largo plazo. Hoy en día, los hacedores de política están enfocados en resolver el problema de colapso: que las personas puedan tener trabajo, que las grandes compañías no quiebren, que los mercados financieros y crediticios no se estanquen. Sin duda, a nuestras próximas generaciones les tocará pagar mayores impuestos de estos esfuerzos fiscales, pero, por eso mismo, hoy en día no es el gran enfoque y no veo un riesgo de que esta situación fiscal afecte en las elecciones en Estados Unidos.

Otro de los aspectos que conocimos la semana pasada es que la Fed va a requerir que todos los bancos grandes suspendan la recompra de acciones en el tercer trimestre. ¿Esto qué supone?

La recompra de acciones no es una novedad para Wall Street. Los bancos han frenado la recompra para enfocar su capital a las provisiones, dada la necesidad de tener mayores niveles de capital. Lo que sí es preocupante es el hecho de, eventualmente, ver restricciones sobre los dividendos, que son muy importantes para los inversores y accionistas de los bancos. No obstante, creo que los bancos hoy en día están en una posición de valoraciones muy atractivas. Todos los sectores que son el epicentro de esta crisis pueden verse favorecidos y, en particular, el sector financiero. Los bancos pagan dividendos atractivos y han caído ya bastante.

¿Cuál es su previsión futura y qué empresas se podrían ver beneficiadas?

Ahora hemos visto sectores defensivos que, de alguna manera, se beneficiaron al principio de la corrección, y después empezaron a beneficiarse sectores como la tecnología, un sector que se ha vuelto defensivo porque, a la larga, si tenemos otro cierre de la economía, las tecnológicas se verán beneficiadas. Por otro lado, son compañías que igualmente se vienen beneficiando del ciclo económico, como las FAANG, que tienen valoraciones bastante altas.

Creo que es importante empezar a afinar el lápiz en sectores o industrias como las aerolíneas, el entretenimiento, la restauración, etcétera, que, aunque han sufrido mucho, parece que ven la luz al final del túnel. Creo que es interesante para inversores ir aumentando posiciones en estos sectores, por temas de valoraciones, y porque se espera que estas industrias sean las mayores contribuyentes al crecimiento de aquí al próximo año, a pesar de que no tienen un peso muy importante en el S&P500.