Por supuesto, durante los primeros momentos, la preocupación de Global Dominion ha sido la salud de sus equipos: que tuviesen todos los medios para trabajar con seguridad, dado que muchas de nuestras actividades son consideradas “esenciales”. Pero una vez pasado el momento inicial de emergencia sanitaria, el foco se centra en mitigar el impacto sobre nuestro negocio.

Esta crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de estar preparados para trabajar en incertidumbre. Esto no es nada nuevo, es intrínseco a la actividad empresarial y muy especialmente en el marco de disrupción que vivimos actualmente. Como compañía, es imprescindible contar con una visión y unas metas, pero esto no puede sacrificar nuestra capacidad para adaptarnos al cambio.

En Dominion estamos acostumbrados a trabajar en entornos rápidamente cambiantes y hemos ido desarrollando una forma de hacer que, más allá de priorizar transformaciones concretas, incorpora la flexibilidad como uno de los pilares de nuestra estrategia.

Esta apuesta por la flexibilidad se cristaliza en una cultura basada en la diversificación, en una gestión descentralizada y en la vitalidad tecnológica. Elementos que, unidos a una disciplina financiera centrada en la generación real de flujo de caja, permiten un crecimiento innovador junto a la resiliencia ante eventos extremos, como el que estamos viviendo.

 

Algunos de estos elementos, como los actuales modelos de internacionalización, han sido cuestionados al ponerse de manifiesto que no se había hecho una adecuada evaluación de riesgos en las cadenas de suministro. En Dominion, no obstante, seguimos apostando por un modelo global como herramienta de crecimiento y diversificación que, en el contexto actual, ha permitido equilibrar los distintos tiempos y medidas adoptadas en cada geografía. Adicionalmente, la gestión eficiente de un modelo diversificado requiere incorporar una descentralización responsable. En el caso de esta situación de emergencia, desde el comité de dirección de Dominion definimos unas premisas claras a nivel global, pero cada área tiene la responsabilidad de adaptarse a su realidad empresarial, sanitaria y económica.

Por contra, como consecuencia de la crisis del Covid-19 hay tendencias, tales como la digitalización o la servitización, que se han reforzado, lo que supone oportunidades de crecimiento y desarrollo de nuestra actividad una vez se superen los momentos más críticos de la pandemia.

Todos estamos alarmados por la profundidad de la caída, en la economía y en nuestras organizaciones, pero la clave está en qué niveles seremos capaces de recuperar y, sobre todo, la velocidad a la que lo hagamos. Y eso dependerá de las medidas específicas que tomemos y de lo preparadas que estuviesen nuestras organizaciones para tomar estas medidas de forma ágil.

Con la perspectiva que nos da haber superado la primera parte del año, en Dominion esperamos que, tras un primer semestre muy impactado, la segunda parte de 2020 muestre una clara recuperación, que anticipe que en 2021 ya estaremos creciendo en comparativa con 2019. Es decir, que, mirando atrás, 2020 se habrá convertido en una oportunidad para optimizar los procesos y estructuras de cara a futuro.

Mirando el medio plazo, el Covid no modifica las bases de nuestro plan. Somos una compañía que lleva a cabo proyectos tecnológicos y servicios integrados para maximizar la eficiencia de los procesos de nuestros clientes. Tenemos unos objetivos estratégicos ambiciosos en términos de crecimiento, que siguen siendo válidos en la era post-Covid; pero, seguro, nos veremos obligados a adaptarnos en la forma de lograrlos.

En nuestros más de 20 años de historia este equipo ha superado otras crisis; y ante el reto que atravesamos en estos momentos, me gusta comprobar que nos hemos convertido en una empresa muy “resiliente”. Y esto es producto sobre todo de nuestra cultura y del tipo de estrategia que aplicamos en el día a día, que nos convierten en una compañía capaz no sólo de superar las adversidades, sino de salir fortalecidos de ellas.