Desde que en 2017 fue elegida para formar parte del Entorno Pre Mercado, programa que tiene como objetivo la preparación de las compañías para su incorporación a BME Growth, marcó la ruta a seguir e integró el toque de campana en su plan estratégico. Sin embargo, como hemos asegurado siempre, incorporarnos al mercado no era un fin, sino un medio para seguir creciendo.

Simplificando mucho, los tres principales objetivos que ha perseguido Cuatroochenta con su incorporación a BME Growth son, en primer lugar, dirigirse a sus accionistas y al mercado en general con la máxima transparencia. El DIIM (Documento Informativo de Incorporación al Mercado) es el mejor ejemplo del nivel de transparencia que exige ser una compañía cotizada. En él se plasma la historia de la compañía, su modelo de negocio, la información financiera histórica, las proyecciones y se presenta al equipo que debe llevar a cabo el plan. Se trata de tu presentación al mercado, pero a partir de ese momento debes informar semestralmente (o trimestralmente de forma voluntaria, como es nuestro caso) del avance de tu negocio, compararlo con tus proyecciones, explicar las desviaciones que sean necesarias y presentar cuentas anuales auditadas. Este nivel de exigencia permite al inversor conocer en cada momento el estado de la compañía y obliga a la misma a informar de cualquier hecho relevante que pudiera afectar positiva o negativamente la evolución del precio de la acción.

En segundo lugar, estar cotizando permite a la compañía disponer de un acceso sencillo, rápido y regulado para la obtención de equity que permite seguir desarrollando el plan de negocio. El hecho de estar cotizado, permite hacer ampliaciones de capital dinerarias e incluso ofrecer equity en las transacciones de M&A, llevando después a cabo una ampliación por compensación de créditos. Este tipo de herramientas son de gran ayuda para las compañías que se encuentran en una etapa de fuerte crecimiento, como es nuestro caso. Precisamente este acceso a financiación es el que nos va a permitir desarrollar nuestra activa política de M&A: queremos convertirnos en un actor principal en la consolidación de la industria del desarrollo de software, ampliando nuestra cartera de producto SaaS, llegando a nuevos clientes, habilitando nuestra entrada a nuevos mercados e incorporando talento.

Por último, Cuatroochenta siempre ha tenido clara su voluntad de abrir la compañía y de permitir que más personas fueran partícipes del proyecto. Cotizar en un mercado regulado, que permite adquirir acciones diariamente a través de casi cualquier plataforma bancaria y, al mismo tiempo, da la facilidad para liquidar la posición cuando el inversor lo cree conveniente, es toda una ventaja. En la Oferta de Suscripción previa a la incorporación, pudimos medir el potencial de esta vía de financiación y confirmamos el gran apetito existente en el mercado por compañías como la nuestra, al ver como la demanda multiplicaba por 6 nuestra oferta en solo 48 horas.

Precisamente al abrirnos al público inversor en general hemos detectado que, casi sin proponérnoslo, hemos venido a cubrir un nicho de mercado interesante. Un público inversor joven, que se identifica con los valores de la compañía y que lejos de querer especular con la acción, confía en el potencial de crecimiento y espera mantenerla en el largo plazo.

El concepto “compañía tecnológica” muchas veces trae implícita la idea de start up en fuerte crecimiento que busca ganar una cuota de mercado enorme en poco tiempo para después buscar la rentabilidad. Nuestra propuesta dista mucho de estas opciones, estamos convencidos y hemos demostrado que el negocio del desarrollo de software es rentable, que tenemos potencial para crecer a doble dígito y de dar saltos más abruptos a través de adquisiciones, y este discurso ha convencido a muchísimos inversores para darnos cabida en su cartera.

En las sesiones de roadshow previas a nuestra incorporación, hemos escuchado en diversas ocasiones como el objetivo del inversor era configurar una cartera de acciones para sus hijos, por lo general menores, con valores de confianza y elevado potencial de crecimiento. Un perfil que, junto al más joven que citaba antes, viene con amplitud de miras, para convertirse en un auténtico compañero de viaje. Sin duda es algo que nos acarrea una elevada responsabilidad, pero tomamos el testigo con la ilusión y el convencimiento de que podemos seguir desarrollando nuestro plan de negocio y generando valor a nuestros accionistas.