Pablo García, director general de Divacons Alphavalue, destaca que tras un verano positivo en los mercado tenemos sobre la mesa la expectativa de un otoño que, a pesar de las preocupaciones, no parece ser desfavorable. La dinámica de la inteligencia artificial sigue impulsando el mercado, con inversiones significativas como la de Nvidia con Intel y Open AI, lo que demuestra una liquidez continua y un apetito por el riesgo.
Respecto de la Fed destaca que, tras el recorte de tipos al finalizar el verano, se esperan sucesivos recortes, posiblemente en octubre y diciembre. La economía estadounidense muestra un crecimiento robusto, con estimaciones positivas para el tercer trimestre, rondando el +3%. Aunque el mercado laboral se enfría ligeramente, la Fed parece dispuesta a respaldar el crecimiento económico, manteniendo una vigilancia sobre la inflación, que se sitúa en un 2.9% general y un 3.1% subyacente.
Estas cifras actúan como un freno para recortes de tipos más agresivos de 50 puntos básicos. Las valoraciones del mercado -considera- aunque elevadas, se justifican por unos resultados empresariales sólidos tanto en Estados Unidos como en Europa, superando las expectativas iniciales del trimestre.
En este contexto, un activo que ha captado mucha atención es el oro, que ha alcanzado nuevos máximos históricos, superando los 3.755 dólares por onza. Algunos analistas, como Christopher Wood de Jefferies incluso proyectan valoraciones estratosféricas de hasta 6.600 dólares por onza, aplicando ratios históricos. La tendencia alcista del oro se explica, en parte, por la compra masiva de este metal por países como China, Japón y Reino Unido, buscando contrarrestar la dolarización y como un activo limitado similar al Bitcoin.
El oro se posiciona como una contraposición a activos como los bonos, cuya rentabilidad ha sido menor, y su apreciación también podría estar ligada a la depreciación del dólar, aunque este último factor se considera secundario. Su firma mantiene una parte de sus carteras en metales preciosos, incluyendo oro y plata, lamentando no haber tenido una sobreponderación mayor.
Respecto de la OPA Hostil de BBVA por Banco Sabadell, considera que a pesar de una mejora del 10% en la oferta, que valora cada acción de Sabadell en 4.83 acciones de BBVA más 76 céntimos, la propuesta no ha sido bien recibida por el mercado ni por la dirección de Sabadell. Se trata de una prima que, aunque positiva, no satisface las demandas de muchos fondos, que piden una subida del 15-20% adicional.
Señala que el presidente de BBVA, Carlos Torres, ha manifestado que no subirá el precio, citando los desafíos de una fusión efectiva en los primeros tres años y el veto del gobierno. La dirección de Sabadell, por su parte, defiende su posición, luchando por una prima superior y justificando el valor de la entidad en solitario, a pesar de que una fusión podría ser óptima para ambos accionistas.
Destaca además que, el sector bancario en general enfrenta el desafío de mantener los márgenes de intermediación y ratios de solvencia extraordinarios logrados gracias a los recortes de tipos del Banco Central Europeo, anticipándose un posible declive en estos indicadores, especialmente si hay una desaceleración económica en Europa. Su valoración para ambas entidades sugiere un potencial de crecimiento del 17% al 20%, lo que indica que aún hay recorrido, aunque la disputa por la prima sigue siendo un punto de fricción. La situación se mantiene en desarrollo, con la expectativa de ver cómo se resuelve esta compleja operación en el mercado español.

