Esta región es el hogar de cerca del 30% de las empresas incluidas en el Fortune Global 500 2018, un incremento que cuadruplica el 7% de crecimiento reportado en 2005 (según una investigación de la Universidad de Cornell). El FMI estima que el PIB (en paridad de poder de compra) de los países emergentes representan el 60% del total mundial en comparación, que es un aumento de 24 puntos porcentuales en los últimos 30 años. Y a pesar de la desaceleración del crecimiento y en medio de las crecientes tensiones comerciales, Standard Chartered espera que China supere a Estados Unidos como la economía más grande del mundo en la próxima década, y otros seis mercados emergentes se posicionen entre las 10 principales economías del mundo, lo describe Aviva Investors en un estudio reciente.

"Las decisiones tomadas en los mercados emergentes tendrán enormes consecuencias, no solo para ellos mismos, sino para todo el planeta", dijo Steve Waygood, director de inversiones responsable de Aviva Investors.

Pero este crecimiento en términos de PIB enfrenta el reto de un PIB per cápita que se mantiene por debajo de los países desarrollados. Se requieren una serie de reformas importantes que permitan que los países emergentes puedan mejorar este indicador, que a su vez sirve de semáforo de mejoras en productividad que se traducen en crecimiento del consumo.

Sin embargo, este rápido desarrollo tiene un conjunto de desafíos importantes y urgentes en términos ambientales, sociales y de gobierno (ASG). Un claro ejemplo es la urbanización, donde Asia ya lidera el mundo con 7 de las 10 principales mega ciudades (es decir, con más de 10 millones de personas), y también algunas de las ciudades más contaminadas del mundo, pero también de difícil gobernanza. Alta demanda de servicios sociales como infraestructura, educación y atención médica.

Para mantener su atractivo, estos mercados deben hacer algunos cambios para seguir atrayendo a los inversores extranjeros. Y claro reflejo son los mercados financieros. El rendimiento anualizado medido del MSCI EM Index en dólares, entre 1 de enero 2001 (su lanzamiento) y el 31 de mayo de 2019 fue del 8,68% vs. el MSCI World Index del 4,84% o el 4,94% del MSCI ACWI. O bien, en términos de ratios de sharpe (rentabilidad media ajustada por riesgo) de 0,42 vs. 0,28 respectivamente en el mismo periodo, pero con una volatilidad mayor.

Pero los inversores demandan más, no sólo rentabilidad sino la alineación de las empresas con las consideraciones ASG, que tienden a ser compromisos corporativos a más largo plazo y que afecta la valoración de los activos. La integración de ASG en los procesos de inversión suelen tener un impacto mayor en los retornos ajustados por riesgo de emergentes vs. desarrollados:

Según un estudio publicado por Cambridge Associates, se concluye que el índice MSCI EM ESG entre julio 2013 y junio 2016 estaba muy infraponderado en empresas estatales, debido a la baja puntuación resultante.  De las 40 compañías más grandes en el MSCI EM, 13 son empresas estatales, y el índice MSCI EM Leaders no tenía exposición a 11 de las 13 empresas estatales, lo que contribuyó positivamente a su rendimiento.

Las puntuaciones ESG pueden contribuir a una mayor dispersión entre países, sectores y empresas en mercados emergentes.

Lo mismo pasa con las empresas familiares o aquellas con una pequeña proporción de acciones de libre flotación, ya que tienden a estar menos presionadas para adoptar las mejores prácticas en temas como: independencia de los Consejos y/o consejeros, con lo que es más probable que su puntuación ASG sea mas baja y por tanto estén menos representados en los índices EM ASG.

Es de ahí la importancia de la gestión activa, que permita a los inversores beneficiarse de esa mejora que se dé en ASG en emergentes. También los grandes inversores institucionales son un motor importante para el desarrollo de ASG en estos mercados, ya que muchos de ellos están poniendo cada vez más énfasis en el activismo ASG y lo ponen de manifiesto vía sus volúmenes de inversión y sus derechos de voto.

Hay temas de gran importancia e impacto medio ambiental, y para ello basta ver la influencia de los gobiernos en sus mensajes y actuaciones. Como ejemplo, el levantamiento a las restricciones a la tala de bosques para la agroindustria por parte del presidente de Brasil, y que tendrá repercusiones para todo el mundo, ya que el Amazonas genera en torno al 20% del total de oxígeno mundial y absorbe hasta una décima parte de las emisiones mundiales de combustibles fósiles, de acuerdo al análisis de Aviva Investors.

Pero las presiones regulatorias y de los inversores están ayudando a elevar el listón en la declaración por parte de los corporativos emergentes de principios ASG. De acuerdo con la iniciativa de Bolsas de Valores Sostenibles, un programa de Naciones unidas en asociación con las bolsas de valores y los reguladores del mercado de valores, que intenta promover una inversión responsable, 22 de las 38 bolsas de valores ya tienen una guía de reportes de ASG para las empresas que cotizadas de mercados emergentes.

 

Por tanto, aún cuando esto parecía lejano hace algunos años, los ME ya están concienciándose en ASG. Aún queda camino por recorrer, pero hay que estar atentos a aquellos fondos que promueven estos principios en su proceso de inversión y selección de valores.