Hay quienes repiten como un mantra que el conocimiento es poder. Y en los mercados financieros esto es quizá más claro que en otros sectores económicos, sobre todo en estos últimos años en los que su funcionamiento se ha retorcido tanto que hay algunos inversores que se han dado por vencidos. (Acceder al informe completo)


Según una reciente encuesta realizada por
Natixis Global Asset Management, son los inversores americanos los que menos creen en sus conocimientos. Sólo un 10% cree que saben mucho sobre inversión, muy por debajo de la media global que está en el 17%.



Por el contrario, son los estadounidenses los que más confían en sus capacidades de inversión. En su caso el porcentaje que creen que sus conocimientos son muy fuertes están en el 28%. 

La encuesta muestra que la dislocada evolución de la renta variable y la renta fija durante los últimos cinco años ha provocado que casi el 80% de todos los inversores se manifiesten interesados en invertir en otro tipo de productos.

En ese sentido son, precisamente, los inversores de Latinoamérica los que se reconocen más abierto a otro tipo de inversiones. 



Y es que son ellos y los estadounidenses los que en el último año han decidido cambiar sus prioridades. Con la subida de las bolsas y la estabilización de sus economías creen que el objetivo principal para invertir en los mercados financieros no es ahora mantener su riqueza, sino aumentarla. Esto sucede con un 72% de los latinoamericanos, sólo por detrás de los inversores de Oriente Medio.

Quizá por esa razón son los inversores más abiertos a reducir el porcentaje de sus carteras de efectivo. Por el contrario, los estadounidenses y británicos son quienes aun se sienten más atraídos por esta inversión y sólo un 40 y 44%, respectivamente de ellos estarían dispuestos a ir reduciendo el cash.



Tanto los latinoamericanos como los estadounidenses son los que más coinciden con la idea de que una buena cartera de inversión ha de estar compuesta por una gran variedad de instrumentos (58%- Latam – 64% USA).

De hecho, son los ahorradores de Latinoamérica los más abiertos a probar en las llamadas “inversiones alternativas”. Un 56% estaría interesado en invertir, frente al 31% de Estados Unidos o el 23% de Europa.