El inversor español es paciente; muy paciente en muchos casos. Tanto que llevan años esperando las buenas nuevas de algunas empresas de nuestro país. En el día en el que ya se han conocido las películas y los actores galardonados por los Oscars, estas son algunas de esas empresas que podrían estar desesperando a sus accionistas.
 
Abengoa:  si hay una compañía experta en retrasar y decepcionar a sus accionistas, esa no es otra que la compañía de ingeniería sevillana. Recientemente se acaba de conocer que  ha vuelto a aumentar por enésima vez el plazo para cerrar su reestructuración hasta el próximo 22 de marzo, cuando la última fecha límite expiraba el 28 de febrero.
 
Este plan cuenta con el respaldo de alrededor del 94% de los acreedores y supone asumir una quita del 97% y una nueva estructura accionarial. Todo esto se ha conseguido después de más de año y medio de negociaciones.
 
Una vez se cierre este proceso, la empresa recibirá los 600 millones de dólares de bancos y fondos de inversión que permitirán a Abengoa comenzar a implantar su plan de viabilidad.
 
Los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión otorgan a la compañía una puntuación de 3,5 en una escala que llega al 10. Esto implica que está en fase de rebote.  Por cierto, las pocas recomendaciones que hay sobre el valor son de venta. Paciencia.
 

Abengoa


 

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OHL: la constructora de Villar Mir es otra de las empresas que ha hecho que sus accionistas se inquieten en los últimos años. Y eso que desde que tocó mínimos históricos el pasado mes de agosto, su cotización se ha revalorizado más de un 90%.

Sin embargo, los inversores necesitan más. La constructora sigue su proceso de desinversiones que desde 2014 le han obligado a desprenderse de activos por más de 5.500 millones de euros. Además, tiene a la venta otro paquete valorado en unos 1.500 millones. Recientemente acaba de vender el 50% de una de sus joyas de la corona, “el Proyecto Canalejas”.

No le ha quedado más remedio a la compañía, que se ha visto acuciada por la enorme deuda en su balance, que ha llevado a que algunas firmas de calificación crediticia sitúen sus bonos dentro de la categoría “basura”. Si la compañía logra salir airosa de esta situación podría considerarse una de las vueltas a los escenarios   más fulgurantes de los últimos años.

Sin embargo, los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión, le dan una puntuación de 0,5 que la sitúan claramente en fase bajista. 

Los analistas, sin embargo, tienen una visión quizá algo más optimistas. Un 27% opta por comprar sus acciones, un 36% aconseja mantener y un 36% opta por venderlas con un precio objetivo de 4 euros por acción, lo que le otorgaría un potencial de más de un 25%.

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BME: la gestora de los mercados españoles podría considerarse como “la novia bonita española” dentro de su sector. Se trata de una de las pocas compañías que aún permanece independiente y a salvo de una OPA de uno de los grandes grupos que campan en el viejo continente y que ya han atacado mercados como el italiano, el alemán o el británico. Parece, sin embargo, que la estructura accionarial de la firma, su política de retribución a los accionistas… hacen que los interesados se echen atrás.

Quizá esa es la noticia que más están esperando los inversores de BME. Pero, ¿y el mercado? Si, la firma también está haciendo esperar a los mercados, que llevan muchos meses ansiosos  por conocer su famosa plataforma de contratación de fondos de inversión.

Son muchos los actores del mercado los que dan por hecho que esta herramienta saldrá adelante. Esta misma semana el propio Santiago Satrústegui, el presidente de Abante Asesores decía durante una reunión con prensa que este proyecto le parecía “una buenísima noticia”. Eso sí, consideraba que el proyecto presenta algunos problemas técnicos y que el sector todavía no sabía cómo podrían solucionarse.

Uno de esos problemas es quién va a dar la contraparte a los compradores de fondos en el tiempo entre que se realiza la compra y el dinero llega a las gestoras –un periodo que dura varios días-. En opinión del presidente de la firma de inversión, ese es un problema que tendrá que solucionarse y en el que, además, el propio regulador, la CNMV, tendrá que opinar. La espera continúa.

Los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión dan al valor una puntuación de 8 en una escala que llega al 10, lo que lo sitúa en una clara fase alcista. Entre los analistas, un 16% opta por comprar sus acciones, un 42% aconseja mantenerlas y el 42% restante opta por vender.
 


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Banco Popular: si hay un valor español que ha logrado casi sacar de quicio a los inversores españoles ese ha sido el banco que ha presidido durante más de una década, Ángel Ron.

Las incontables ampliaciones de capital han ido diluyendo hasta el infinito la participación de los accionistas y ni tan siquiera eso ha tranquilizado al mercado. Parece que lo único que podría hacerlo es que la entidad acabe devorada por otro jugador español. Eso es, al menos, lo que espera el mercado. Y en ese sentido parece que iban los últimos pasos dados por el equipo directivo de la compañía cuando en el último año decidieron aumentar las provisiones y saneamientos, a costa incluso, de presentar unas pérdidas récord de 3.485 millones de euros en 2016.

Mientras que aparece ese caballero blanco, o no aparece, el mercado sigue también muy pendiente de la salida al mercado de ese “banco malo” propio de la entidad financiera. Se trata de Sunrise, ese proyecto en el que la firma prevé depositar gran parte de los activos inmobiliarios que tiene en su balance. Sunrise contaría con el apoyo de otros inversores, como fondos de inversión que se harían con una parte de toda esta carga que tanto pesa al Popular.

Los analistas se encuentran muy divididos con el sector. Así, un 26% opta por comprar sus títulos, un 26% apoya mantenerse neutrales y el 48% restante todavía no confía en la entidad y aconseja vender sus títulos.

Los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión tampoco son muy optimistas, ya que dan al valor una puntuación muy insuficiente, de 0,5%. Lo que lo sitúa en una clara fase bajista.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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MásMóvil: las más pequeñas también pueden desesperar, incluso cuando en bolsa lo esté haciendo francamente bien, y este es el caso de la  cuarta operadora española.  En doce meses sube más de un 50% dentro del Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y más de un 16% desde que se inició el actual ejercicio.

Los inversores siguen esperando que la firma dé el salto al continuo, algo que el propio presidente de la compañía, Meinrad Spenger, había pronosticado que ocurriría en verano del año pasado. ¿Será este el comportamiento de una estrella de Hollywood que llega tarde a la fiesta para captar la atención de todos?  Hay que tener en cuenta que en estos momentos su capitalización ronda los 620 millones de euros, un peso muy parecido al de compañías como Ence y superior a la de Global Dominion, por ejemplo.

Los tres analistas que siguen a la firma en bolsa apuestan por comprar sus acciones.  

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