El Gobierno del Reino Unido ha prohibido la exportación de servicios profesionales a Rusia, incluyendo aquellos relacionados con la consultoría de gestión, la contabilidad y las relaciones públicas, en el marco de las nuevas sanciones impuestas al gigante euroasiático por la invasión de Ucrania.

De este modo, las empresas rusas ya no podrán continuar beneficiándose de los servicios de contabilidad, consultoría y relaciones públicas de firmas británicas, que representan el 10% de las importaciones rusas en estos sectores.

"Hacer negocios con el régimen de Putin es una bancarrota moral y ayuda a financiar la maquinaria de guerra que está causando un sufrimiento incalculable en toda Ucrania", ha afirmado la ministra de Exteriores del Reino Unido, Liz Truss.

"Cortar el acceso de Rusia a los servicios británicos ejercerá más presión sobre el Kremlin y, en última instancia, ayudará a garantizar que Putin fracase en Ucrania", ha añadido.

De su lado, el ministro de Empresas, Kwasi Kwarteng, ha defendido que al restringir el acceso de Rusia a los servicios británicos de consultoría, contabilidad y relaciones públicas se aumenta la presión económica sobre el Kremlin para que cambie de rumbo.