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¿Bitcoin como inversión?

Cada vez son más los clientes que  preguntan a Aberdeen Standard Investments si deberían invertir en bitcoin como parte de una cartera multiactiva equilibrada.

A continuación, estas son las tres observaciones que los expertos comparten con ellos:

  • El bitcoin es extremadamente difícil, si no imposible, de valorar mediante cualquier técnica de valoración estándar. Si no sustituye a las monedas convencionales como medio de intercambio viable (la opinión actual del consenso) se puede decir que su valor fundamental debería ser cercano a cero.
  • Es especialmente susceptible al dinero "caliente". En los últimos meses, su valor parece estar determinado únicamente por lo que tuitea Elon Musk en un día determinado.
  • Además, también es una mala forma de diversificar el riesgo. Su correlación con otras clases de activos está creciendo a medida que más inversores acceden a través de nuevas plataformas y productos tecnológicos. La correlación con la renta variable es especialmente alta durante los grandes movimientos del mercado, tanto al alza como a la baja.

¿El Bitcoin es dinero?

Si el papel del bitcoin como "criptoactivo" tiene grandes inconvenientes, el futuro tampoco parece muy prometedor en cuanto a las esperanzas de que acabe sustituyendo a las monedas "fiduciarias" emitidas por los bancos centrales.

Esto se debe a que su valor de cambio con estas monedas es extremadamente volátil. Esto hace que sea realmente difícil para los compradores y vendedores realizar transacciones con confianza en cuanto al poder adquisitivo que realmente están intercambiando.

Gastar bitcoins no es fácil. ¿Cuánta gente los aceptará como forma de pago? Mientras tanto, el ecosistema de bitcoins es vulnerable a la piratería y al abuso, y las personas que tienen un problema no tienen a quién recurrir.

Intervención reguladora

No cabe duda de que las criptomonedas se han convertido en una tendencia generalizada, ya que a los inversores grandes y pequeños les resulta difícil resistirse al atractivo de unos rendimientos potencialmente elevados (pero volátiles).

Es más, cuando un país adopta el bitcoin como moneda de curso legal -como hizo El Salvador en junio de 2021- es normal que incluso los más escépticos se sienten y tomen nota.

Dicho esto, pocos reguladores adoptarán un enfoque tan benigno como el de El Salvador. Los legisladores están preocupados, con razón, por los riesgos para los inversores minoristas. También ven la posibilidad de que los bitcoins se utilicen para financiar actividades delictivas.

La mayoría de los gobiernos no tolerarán perder el control del sistema monetario. Están seguros de impedir la adopción generalizada de una moneda que no está regulada, que no se puede rastrear y  que está fuera de la influencia del banco central de un país.

Daño medioambiental

La minería de Bitcoin es una actividad que consume mucha energía, con almacenes repletos de ordenadores que funcionan las 24 horas del día.

Los bitcoins se "minan" a escala industrial mediante ordenadores que resuelven complejos problemas criptográficos. Tal y como está configurado el sistema, hay un número finito de bitcoins disponibles. A medida que se extraen más, se hace más difícil resolver los problemas que permitirán obtener los bitcoins restantes.

Muchos mineros de bitcoin tenían su sede en China, un país que todavía depende del carbón como principal fuente de energía. Como resultado, la emisión global de carbono de bitcoin fue aproximadamente equivalente a la de un país de tamaño medio, como Suecia o Ucrania.