Estrés laboral

Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo, y su presencia en el ámbito laboral es más significativa de lo que muchas personas creen. Según datos médicos, hasta un 40% de las muertes relacionadas con el trabajo podrían estar vinculadas a patologías del sistema cardiovascular.

Lejos de ser una problemática exclusiva de personas mayores, el infarto, la hipertensión, las arritmias o los accidentes cerebrovasculares afectan cada vez más a personas en edad laboral activa, especialmente en contextos de alta presión, exigencia y desequilibrio emocional persistente. El estrés laboral crónico emerge, así, como un factor de riesgo clave y muchas veces ignorado.

¿Qué es el estrés laboral crónico?

Desde el punto de vista médico, se trata de una respuesta física y emocional negativa, prolongada o exagerada, derivada de un desequilibrio entre las demandas del entorno de trabajo y la capacidad del individuo para afrontarlas. Esta condición no solo afecta la salud mental, sino que tiene consecuencias fisiológicas directas sobre el sistema cardiovascular.

La Dra. Yanela Fayad Rodríguez, cardióloga del centro médico Quirónprevención Príncipe de Vergara, advierte:

“El estrés laboral crónico es una amenaza real para la salud del corazón, comparable con factores clásicos como la obesidad, el tabaquismo o la diabetes. Puede instalarse silenciosamente y tener consecuencias devastadoras.”

Y añade que este tipo de estrés sostenido provoca una activación excesiva del sistema nervioso simpático, generando una secreción mantenida de cortisol y otras hormonas del estrés. Este desequilibrio hormonal lleva a estados proinflamatorios, aumento de la presión arterial, disfunción del endotelio vascular, mayor riesgo de trombosis y alteraciones en el ritmo y flujo cardíaco, entre otros efectos.

Diferencias entre hombres y mujeres

El impacto del estrés laboral en la salud cardiovascular varía según el sexo. En los hombres, los eventos cardiovasculares como el infarto agudo de miocardio o la insuficiencia cardíaca suelen aparecer a edades más tempranas, agravados por factores como el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo.

En cambio, las mujeres experimentan un impacto más emocional: sufren más ansiedad, insomnio y fatiga por la carga de compatibilizar trabajo y responsabilidades familiares. También son más propensas a presentar arritmias, palpitaciones y enfermedades microvasculares, e incluso a desarrollar el síndrome del corazón roto o cardiomiopatía de Takotsubo, desencadenada por picos de estrés emocional agudo.

Lamentablemente, muchas mujeres no consultan a tiempo pensando que no están en edad de padecer enfermedades del corazón, lo que retrasa el diagnóstico y el tratamiento.

Señales de alarma que no deben ignorarse

Algunos síntomas pueden ser señales tempranas de que el estrés está afectando seriamente la salud cardiovascular. Entre ellos se encuentran:

  • Palpitaciones o dolor torácico
  • Dificultad para respirar y fatiga persistente
  • Cefaleas, contracturas musculares o molestias digestivas
  • Irritabilidad, ansiedad o alteraciones del sueño
  • Abuso de tóxicos, alimentación desordenada o tics nerviosos

Reconocer estos signos y buscar ayuda médica puede ser clave para prevenir complicaciones mayores.

La responsabilidad de las empresas

El entorno laboral también tiene una cuota de responsabilidad en la salud del corazón de sus trabajadores. La Dra. Fayad destaca la necesidad de que las empresas implementen programas preventivos y de promoción de la salud cardiovascular, incluyendo:

  • Evaluación de riesgos psicosociales mediante cuestionarios y entrevistas
  • Fomento del ejercicio físico y la alimentación saludable
  • Control de presión arterial, colesterol y sobrepeso
  • Espacios para la relajación, pausas activas y educación emocional
  • Apoyo psicológico y formación en técnicas de manejo del estrés

Además, es fundamental que se revisen las cargas de trabajo y se asignen tareas acordes a la capacidad del empleado, evitando situaciones de frustración crónica o burnout.

"Prevenir el estrés laboral no solo protege el corazón de los trabajadores, también mejora el ambiente, la productividad y la rentabilidad de las instituciones”, concluye la Dra. Fayad.