Estas cifras aparecen recogidas en un informe de Ernst & Young solicitado por Endesa para sus accionistas con el objeto de conocer el impacto de la venta de los activos latinoamericanos en caso de haberse producido en el primer semestre y de disponer de una información consolidada proforma a este respecto.


E&Y ha simulado un ajuste proforma por la desinversión del negocio latinoamericano y, así como la distribución del dividendo extraordinario asociado a la operación.


El patrimonio neto de la sociedad habría aumentado a 8.178 millones, fruto del valor positivo de la transacción de 8.253 millones, menos los impuestos de 72 millones y los gastos de 3 millones asociados a la venta.

Los ingresos de Endesa, obtenidos básicamente en España y Portugal, serían de 10.277 millones, en vez de los 14.711 millones logrados de haberse mantenido el control de los activos latinoamericanos. De hecho, el resultado antes de impuestos se situaría en 775 millones, frente a los 1.538 millones con Latinoamérica, si bien el impuesto de sociedades pasaría de un apunte negativo de 451 millones en el escenario oficial a otro positivo de 178 millones en el proforma.

Este simulacro proforma daría como resultado una ganancia de las actividades continuadas de 525 millones que, en caso de tenerse en cuenta el efecto extraordinario de la desinversión, se habría elevado a 2.646 millones, frente al beneficio de 765 millones con extraordinarios comunicado por Endesa al cierre del primer semestre.

No obstante, la deuda financiera se habría elevado desde los 4.550 millones publicados por Endesa en el primer semestre, a 7.572 millones en caso de que la operación se hubiese producido en este periodo. Esto es debido a que, si bien la desinversión en Latinoamerica habría permitido recortar en 11.583 millones esta deuda, el posterior reparto de dividendos extraordinarios habría ocasionado un aumento de 14.605 millones, hasta el resultado final de 7.572 millones.