En un comunicado, el banco ha anunciado que la renuncia se produce con efecto inmediato. Asimismo, el actual director de operaciones, Tim Sloan, sustituirá a Stumpf, quien a sus 63 años lleva tres décadas en la entidad, mientras que Stephen Sanger le reemplazará como presidente de la junta directiva. El nuevo CEO de Wells Fargo no tiene mucho tiempo para hacerse con las riendas, ya que este mismo viernes tendrá que dar la cara ante el mercado con la presentación de resultados del tercer trimestre.
"Es momento de un nuevo liderazgo para guiar a Wells Fargo a través de sus retos actuales y llevar a la compañía hacia el futuro. El Consejo de Administración tiene una gran confianza en Tim Sloan. Es un líder probado que sabe de las operaciones de Wells Fargo profundamente", asegura Sanger en un comunicado en el que no se hace mención explícita del escándalo.
Las acciones de Wells Fargo suben en las operaciones electrónicas del mercado estadounidense, con Wall Street cerrado, en torno a un 2%. Aun así, en el acumulado del año se dejan un 16%, lo que ha provocado que pierda el liderazgo como banco más grande del mundo por capitalización bursátil, puesto que ahora ostenta JP Morgan.
PRESIONADO POR EL ESCÁNDALO
Los empleados de Wells Fargo abrieron en secreto cuentas no autorizadas para conseguir los objetivos de ventas y recibir bonificaciones
Sloan asegura que la dimisión de su predecesor se debe a motivos personales. John Stumpf estaba sometido a presión por los distintos grupos de poder del banco durante el último mes por el escándalo de las cuentas falsas. Los empleados abrieron miles de cuentas falsas para cumplir con las metas marcadas que utiliza el banco desde hace dos décadas, y que ha puesto en entredicho la cultura de la entidad.
Wells Fargo ya ha despedido a 5.300 trabajadores por haber contratado sin el consentimiento explícito de los clientes más de 1,5 millones de cuentas, además de solicitar medio millón de tarjetas de crédito. Además, ha recibido una sanción de 185 millones de dólares por estas malas prácticas. En concreto, estas personas abrieron sin autorización del cliente las cuentas a las que transfirieron, también sin permiso, fondos de otras cuentas de dichos clientes, que generaron a la compañía 1,7 millones de euros en comisiones.
Los empleados del banco también llegaron a tramitar más de medio millón de solicitudes de tarjetas de crédito sin autorización ni el conocimiento de los clientes, que generaron a la entidad más de 400.000 dólares de ingresos por comisiones.
De los 185 millones de dólares de la sanción, 100 irán a parar a la Oficina de Protección Financiera a los Consumidores (CFPB por sus siglas en inglés), otros 35 para la Oficina del Controlador de la Moneda y 50 para la oficina del fiscal de Los Angeles. Por su parte, Wells Fargo destinará 5 millones de dólares a remediar los problemas e inconvenientes causados a sus clientes.
"Los empleados de Wells Fargo abrieron en secreto cuentas no autorizadas para conseguir los objetivos de ventas y recibir bonificaciones. Debido a la gravedad de estas infracciones, Wells Fargo está pagando la pena más grande del CFPB jamás ha impuesto", ha remarcado el director del CFPB, Richard Cordray. "La acción de hoy debe servir de aviso a toda la industria de que los programas de incentivos financieros, si no se controlan cuidadosamente, pueden conllevar graves riesgos que pueden tener graves consecuencias legales", ha añadido.
PERJUICIO TAMBIÉN A PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS
De momento, el banco está revisando las cuentas y las quejas formalizadas por los clientes del banco y espera poder solucionar el escándalo "de la forma más oportuna". Wells Fargo no sólo habría engañado a clientes particulares si no que entre esos depósitos bancarios afectados también se encontrarían pequeñas y medianas empresas.
Así lo revela la agencia de noticias Reuters, que ha tenido acceso a la investigación que está llevando a cabo el senador por Louisiana David Vitter. El republicano asegura en una misiva que 10.000 pymes estarían en el ojo del huracán de la estafa de Wells Fargo. Vitter, que preside el comité de las pequeñas empresas en el Senado estadounidense, espera una respuesta de los responsables de la entidad después de la investigación iniciada el 20 de septiembre.