En pleno proceso de creación de un plan de viabilidad
que evite el concurso de acreedores, Abengoa podría ser el objetivo de una de las mayores constructoras a nivel europeo. En concreto, lo sería su filial – Abeinsa – por la que Vinci habría mostrado interés.  No le falta razón si se piensa que ésta es la principal filial del grupo con una facturación en 2014 de 4.455 millones de euros y un Ebitda de 587 millones de euros.

Una parte del negocio que además cuenta con presencia internacional y tiene en cartera algunos de los proyectos más emblemáticos del hólding industrial, como es la participación en el Ave La Meca-Medina.  Esta compra le daría a Vinci  un espaldarazo a su política de internacionalización, uno de sus objetivos ante el parón del mercado galo.  

Una operación que de nuevo ha vuelto a despertar los recelos entre grupo directivo, reacio a desprenderse de activos relacionados con la rama de ingeniería, y la banca acreedores, que sí vería con buenos ojos una operación de este tipo o al menos, la venta de una parte del negocio que permitiera reducir el endeudamiento del grupo.
 
Tal y como informa Expansión en su edición impresa, las conversaciones con Vinci estarían en punto muerto debido a las discrepancias sobre la deuda que el grupo asigna a Abeinsa, cuyo pasivo total a cierre de 2014 ascendería a 12.913 millones de euros, de los que 2.000 millones corresponderían a deuda financiera y 3.380 millones a deuda de proveedores. La compleja estructura financiera del grupo industrial hace pensar que esta deuda podría ser mayor si se suman los avales y créditos cruzados del millar de sociedades que cuelga del grupo.

Esta no sería la primera vez que la deuda del grupo paraliza posibles acuerdos. De hecho, Gestamp se retiró de su idea de hacerse con la industrial  cuando vio que su pasivo total superaba los 20.000 millones.