En el último capítulo de una serie de controversias financieras que ha sacudido a EiDF Solar, la empresa de energías renovables presidida por Fernando Romero, se ha presentado un informe de KPMG que cuestiona las alegaciones previas de irregularidades en su contabilidad realizadas por Deloitte. Este documento, remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de España, concluye que no existen indicios de violaciones civiles, comerciales o penales en la gestión de EiDF y que ningún tercero se ha visto perjudicado por estas supuestas irregularidades.
El informe de KPMG marca un punto de inflexión en el prolongado conflicto que ha enfrentado a EiDF con la CNMV y otros actores clave en los mercados financieros españoles. La situación se desencadenó cuando el regulador suspendió la cotización de EiDF en abril debido a su incapacidad para presentar sus estados financieros en el plazo establecido, después de que su auditor, PwC, se negara a dar su visto bueno. La CNMV solo levantó la suspensión el pasado 28 de agosto, después de que Deloitte realizara una auditoría forense a petición de PwC. En este informe, Deloitte afirmó que los directivos de EiDF podrían ser responsables de manipulaciones de documentos en operaciones con terceros y presentaron pruebas de posibles falsificaciones de contratos y documentos realizados por los ejecutivos de la empresa.
Sin embargo, el recién presentado informe legal de KPMG, al que ha tenido acceso El Confidencial, refuta las conclusiones de Deloitte, asegurando que no se encuentran evidencias de irregularidades en las operaciones de la empresa de energía y atribuyendo una "correcta toma de decisiones" a su liderazgo.
El equipo legal de KPMG sostiene que "no existen elementos suficientes para encajar en ningún tipo penal vigente en ninguno de los comportamientos descritos en el informe de Deloitte, ya sea por falta de elemento objetivo del tipo (los hechos descritos no encajan en ningún tipo penal o adolecen de algún elemento típico), ya sea por la ausencia total de simulación, o bien por la inexistencia de vulneración del bien jurídico protegido". Además, desde el punto de vista contractual y mercantil, según KPMG, "a la vista de la descripción de los hechos del informe de Deloitte, no entendemos que existan negocios jurídicos simulados, ni de otra forma anómalos (fraudulentos, fiduciarios o indirectos)".
El informe también aborda las acusaciones de incumplimiento de contratos y la supuesta falsificación de facturas, afirmando que no se encontraron motivos para respaldar las objeciones planteadas por Deloitte. Además, KPMG descarta la simulación de transacciones con socios, indicando que no se hallan razones para sostener que "no existe realidad en los servicios prestados".
El informe legal de KPMG concluye que se observa un "constante robustecimiento de las estructuras corporativas" en EiDF y que se ha tomado una "correcta toma de decisiones en términos de protección de la discrecionalidad empresarial".
Este nuevo giro en la saga de EiDF arroja un manto de incertidumbre sobre el futuro de la empresa y destaca la complejidad de las disputas financieras que a menudo se libran entre las corporaciones y los reguladores en el mundo empresarial. Con la CNMV y otros interesados observando de cerca, el destino de EiDF sigue siendo incierto en medio de estas alegaciones y contrarrespuestas de alto perfil.