Sin especificar esas lecciones, Trichet concedió que habrá que cambiar "algunas cosas en las autoridades de vigilancia bancaria", aunque no necesariamente llegar a un regulador único en Europa. En algunos países europeos hay un "fenómeno inmobiliario" suficientemente importante, pero no del mismo tipo que el que ha causado la crisis de los créditos hipotecarios en EE UU.El presidente trató de restar dramatismo a lo ocurrido. "Yo no empleo la palabra crisis, sino importante corrección del mercado, que implica momentos de una gran volatilidad en el entorno de los mercados concertados, un periodo que obliga a tomar decisiones y a que cada uno esté alerta", añadió.Ante las críticas que han surgido sobre la intervención de la autoridad monetaria en el mercado, que suministró más dinero para evitar que los bancos tuvieran problemas de liquidez, Trichet defendió su papel. "De ninguna manera hemos fomentado la especulación", subrayó. El BCE puso a disposición de los bancos la cantidad récord de 94.800 millones de euros el pasado 9 de agosto, un movimiento seguido de otras operaciones similares en días sucesivos.El artífice de la política monetaria europea interpreta así lo ocurrido: "[Las empresas] que se habían comportado bien fueron castigadas por aquellas que lo habían hecho muy mal y que provocaron turbulencias financieras en el mercado monetario".Respecto al récord del euro frente al dólar -la semana pasada superó los 1,40 dólares-, Trichet admite desajustes, pero considera que no se arreglan "con un golpe de varita mágica", sino que en la economía de mercado las monedas fluctúan libremente.Trichet se atrevió con las finanzas públicas francesas -dijo que están "en grandes dificultades"- , pues, en su opinión, el gasto público de Francia sobre el PIB es una carga pesada para la economía.
El primer mandato es la inflaciónLa tensión entre el Banco Central Europeo (BCE) y el gobierno francés aumenta. El presidente del organismo económico, Jean-Claude Trichet, ha rechazado las exigencias francesas de centrar su atención en el crecimiento y el empleo y no en la inflación. Sin embargo, París anuncia que mantendrá durante mucho más tiempo su presión sobre la institución.Esta no es la primera vez que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, culpa al BCE por la lentitud del crecimiento económico europeo y el alto precio de la moneda única."Es un debate que me parece muy antiguo", dijo Trichet en una entrevista en el canal de televisión TV5 y la radio Europe 1, a lo que añadió que el "primer mandato" del BCE es garantizar la estabilidad de precios, lo que a su vez respalda al crecimiento y el empleo.Además, Trichet aprovechó la entrevista para enviar un recado a Sarkozy al recordarle sus obligaciones bajo el tratado de Maastricht: "el tratado, que yo mismo debo aplicar, dice que los ejecutivos y los gobiernos no tienen que tratar de influir sobre el banco central".Mientras, un asesor de Nicolas Sarkozy, Henri Guaino, dijo en una entrevista publicada en el diario 'Le Parisien' que Francia continuará su campaña porque lamentan que la fortaleza del euro haya afectado a las empresas francesas."El euro está tan alto en relación con el dólar, y todavía más con el yuan chino, que echa a perder todos los esfuerzos de competitividad y productividad hechos por nuestras compañías y nuestros trabajadores", dijo Guaino. La situación "no puede seguir así. No podemos sentarnos y quedarnos de brazos cruzados en silencio durante este absurdo", agregó. El euro, cuyo cambio se encuentra en 1,41 dólares, cotiza en la actualidad en máximos históricos.Las críticas de Sarkozy han llamado la atención de otros socios de Francia en Europa, como la canciller alemana Angela Merkel, que el pasado jueves anunció que trataría de bloquear cualquier intento para reducir la independencia del BCE.Sarkozy afirma respetar esa independencia, pero incide en que Trichet debería aceptar un debate sobre el papel del BCE."Nosotros cumplimos nuestro mandato, y al cumplir nuestro mandato, creamos crecimiento y empleo, y eso es indiscutible porque lo demuestran las cifras", dijo Trichet, explicando que en Francia se crearon dos millones de empleos adicionales desde el lanzamiento del euro en 1999.Trichet afirmó durante la entrevista que las finanzas públicas de Francia están "en dificultades muy grandes" y que el país debe respetar sus compromisos con la Unión Europea, aunque luego señaló que él no entraría en temas de la política interna francesa.El Gobierno francés afirma que tratará de equilibrar sus cuentas en el 2010, fecha dada por el resto de países de la zona euro, pero siempre que la economía lo permita. Francia asegura que en cualquier caso, lograra ese objetivo hacia el 2012.