La caída de la demanda de automóviles en los últimos meses ha golpeado fuertemente a los grandes exportadores nipones, entre ellos Toyota, primer fabricante de automóviles del mundo.

Toyota registró, entre octubre y diciembre de 2008, unas pérdidas netas de 164.700 millones de yenes (1.709,18 millones de dólares) y espera acabar el actual ejercicio fiscal en pérdidas.

Entre las medidas previstas para afrontar su situación de deterioro económico, el fabricante nipón se ha centrado en reducir el número de nuevos contratos y en congelar los salarios.