Además, esta atención por las divisas se ha acentuado por las incertidumbres en relación a los mercados de acciones y de bonos a nivel mundial, que han echado a un lado a los inversores.

A pesar de que el yuan esté en el ojo del huracán y se encuentre en el centro de todos los radares, seguimos defendiendo que la cuestión clave sigue siendo la sostenibilidad a largo plazo del desarrollo económico chino, así como los riesgos colaterales que podemos hallar en un descenso rápido de la actividad económica del país.

Además, aunque la moneda se ha fortalecido en relación con otras divisas de mercados emergentes, es de esperar que si el PIB mundial se desacelera, las monedas de los mercados emergentes reaccionen debilitándose más frente al dólar y al euro que el yuan. Sin embargo, el PIB mundial debería empezar a despegar. Por ello, esperamos que las divisas de mercados emergentes, si las comparamos con el yuan, se consoliden al alza frente al dólar y al euro.

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