Kiev y Moscú se responsabilizan mutuamente de este nuevo retraso y desde la UE se hace hincapié en que lo importante no es identificar al culpable, sino lograr que la situación quede resuelta lo antes posible en beneficio de los ciudadanos europeos.

La crisis del gas entre Rusia y Ucrania comenzó el pasado 1 de enero a raíz del desacuerdo sobre el precio del combustible y las tarifas de tránsito y el corte ha afectado a varios países europeos, en especial, a Bulgaria y Eslovaquia.