"Se han acabado los días de dar a los contratistas del Gobierno un cheque en blanco", afirmó el presidente estadounidense, que agregó que "aunque nos encontráramos en tiempos de vacas gordas, esta reforma es algo que hacía falta acometer desde hace mucho tiempo". Buena parte de la reforma estará encaminada a los contratos adjudicados sin licitación pública, donde, según denunció, es común que el gasto final supere el presupuestado.

Tan sólo en el Departamento de Defensa, recordó, la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno encontró que en 95 contratos para la adquisición de equipamiento el presupuesto se superó en una media del 26%, o 295.000 millones de dólares a lo largo de la duración de todos esos proyectos. Según reveló Obama, para el 1 de julio la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca deberá emitir las directrices para la asignación de contratos nuevos o la identificación de contratos ineficientes.

Para el 30 de septiembre, esa oficina deberá emitir directrices para fomentar la competitividad en los concursos públicos y clarificar cuándo es necesario recurrir a servicios externos. Obama presentó la semana pasada su primer presupuesto, de casi 3,6 billones de dólares, al tiempo que prometió reducir el déficit fiscal que heredó, de 1,3 billones, a la mitad en un plazo de cuatro años.