La sociedad gestora de Fráncfort tiene así vía libre para seguir adelante en solitario con el proyecto de compra del Big Board, del que nacerá un gigante en el mercado de derivados. Además, al quitarse de encima al Nasdaq como rival no tendrá tampoco que mejorar su oferta inicial, por lo que los títulos del NYSE cayeron un 10% en la apertura.

A principios de mayo los consejos de administración de Nasdaq OMX (National Association of Securites Dealers Automated Quotation) y de Intercontinental Exchange habían dado su visto bueno para remitir directamente su propuesta de compra por casi 11.000 millones de dólares a los accionistas de la compañía que gestiona el NYSE Euronext, que desde un principio rechazó la propuesta.

Una opción que se le abre ahora es la fusión con el London Stock Exchange (LSE), que ya intentó sin éxito en 2007, cuando el NYSE se integró con Euronext.