Esta diferencia entre el valor contabilizado y el valor real de los bienes ofrecidos en garantía puede superar más del 80% de las operaciones. De este porcentaje se sacan los 50.000 millones que necesita la banca para regularizar esta posición. Hasta aquí nada nuevo. Todos lo conocían especialmente en el extranjero pero en nuestro país se hacía la vista gorda, sobre todo por el BdE.

Si a ello unimos la desastrosa situación del mercado de demanda de crédito, tenemos un panorama totalmente desalentador para las entidades financieras. Pero, esto último, no es lo que paraliza el sistema y a los inversores. En toda Europa, el mercado esta prácticamente igual, menos en Alemania claro está. Lo que verdaderamente desalienta al mercado es que no se explica la verdad de la situación de los balances de las entidades, ni éstos relejan la realidad, por mucha palabrería que se diga. Siempre hemos comentado que lo primero que debe de hacer un enfermo es reconocer su enfermedad para poder curarla. Si no lo reconocemos y decimos que somos los mejores, los que nos analizan no escuchan palabras, ven números y balances y éstos no están claros ni ahora ni antes. Empezamos, eso sí, a poner el dedo en  llaga y tratar de poner en claro los números.


¿ Que hace el gobierno ahora con esta reforma? Provisionar y provisionar, más lento, menos lento, deprisa, los bancos no son los más listos del mundo. Lo único que les diferencia es que el poder político está junto a ellos porque se necesitan mutuamente: “necesito que seas benevolente con la aplicación de la norma porque si no, puede que no compre deuda con el dinero que me da el BCE“.  Este es el esquema de la negociación o gran partida.

Las provisiones salen de los beneficios y los beneficios de la actividad y en nuestro país la actividad está paralizada por la crisis, por los impagos del gobierno, las autonomías y los ayuntamientos. ¿Cómo salen beneficios? El papel es muy sufrido y aguanta todo lo que le echen y ahí se queda. Ejemplos recientes tenemos: entidades super saneadas que entran en quiebra varios meses después, otras entidades que dicen que están saneadas o en trámite y están mucho peor de lo que dicen pero levantan una cortina de humo para que se vea menos ¿Quién se cree lo de Bankia? Nadie tiene realizada la regularización de sus balances asumiendo las pérdidas contables del ladrillo aunque por imperativo legal lo debería de hacer. Por lo tanto, sus balances no son correctos ni fiables, eso lo dicen desde fuera, aquí no, y cuando nos rasgamos las vestiduras diciendo que las entidades están saneadas y el inversor debe de colocar su dinero en ellas, es un brindis al sol que nadie se cree..

Desde el Ministerio de economía se pretende que, al forzar las provisiones, se obligue a las fusiones y, con ellas, entidades sanas relativamente absorberán las que estén en peor estado. Pero ello también puede producir de acuerdo con lo comentado antes.  Que, como nadie tiene las provisiones en regla, fusionemos dos entidades y el problema sea mayor y al final quede una entidad con pies de barro, caso Bankia. Nadie en nuestro sistema está capitalizado para absorber a otra entidad por que ella misma. Necesita de su capital para poder subsistir, ¿Qué les parece el pago de dividendos por acciones? ¿Puede ser que tengan una falta de liquidez o de capital? Nada más seguro.

No nos engañemos. Reconozcamos, y ahora es buen momento para ello, la enfermedad y apliquemos la medicina. No engañemos a nadie y, sobre todo, a nosotros mismos. Entre las alegrías que provocará esta reforma está el que bajen el precio de las viviendas. De ahí a la realidad hay un buen trecho: las viviendas en poder de los bancos están más o menos al mismo precio, con alguna rebaja provocada porque estas viviendas están en parte provisionadas-  y esa es la rebaja que se aplica nada más-  si no se compensa con la operación de crédito que casi siempre lleva implícita la venta. Entre particulares sí se ha bajado el precio, no pueden bajar las viviendas de las entidades por que la excesiva baja produciría un aprovisionamiento mayor, muchas veces lo que se indica en informaciones periodísticas sobre los precios, es sencillamente mentira .

Hemos comentado algunas veces que sin crédito no hay recuperación económica, pero entendámonos, crédito a la economía real. No se pueden tolerar las explicaciones de las entidades cuando al peticionario de un crédito se le dice que se necesita la liquidez para solucionar sus propias necesidades internas. Este sí que es un cáncer para la economía real, no la financiera. La liquidez del BCE NO DEBERIA APLICARSE CASI EXCLUSIVAMENTE A LA COMPRA DE DEUDA Y NEGOCIO DE LAS ENTIDADES FINANCIERAS, sino a prestarlo a la economía real en un parte importante y la otra no menos importante el liquidar la cuenta de los proveedores de la administración pública en general .

Esta situación de rotonda financiera difícilmente se solucionara si no se aplica sencillamente el sentido común.

Rafael Montava Molina
Consultor Empresarial
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