"En este momento no tenemos planes de cambiar la nota y esperaremos a ver qué pasa cuando hayan pasado los efectos de la recesión mundial y la crisis financiera, y también estudiaremos de cerca las respuestas de política monetaria de estos gobiernos para valorar nuestra calificación", dijo Steven Hess, vicepresidente y director senior de crédito del grupo de calificaciones de deuda soberana de Moody's, en una teleconferencia.

"En este momento, no vemos una amenaza para las calificaciones porque creemos que habrá una respuesta en forma de política monetaria".

En un informe publicado esta semana, Moody's distinguió a ambos países de otros prestatarios soberanos con las mejores calificaciones y dijo que tenían "capacidad de recuperación" en lugar de "resistencia" al impacto de la crisis.

Hess señaló que la capacidad de recuperación de ambos países se pondrá a prueba en el próximo par de años. Su capacidad para revertir el gran deterioro de sus respectivas deudas dependerá del crecimiento económico, pero también de la voluntad política para mejorar las cuentas públicas.

Al mismo tiempo, un aumento mayor de lo esperado de los tipos de interés en estas dos naciones podría afectar a sus calificaciones.

Por ahora, Estados Unidos y Reino Unido pueden pedir dinero prestado sin que se deteriore la accesibilidad de su deuda.