Según Merrill Lynch, los mercados de crédito atravesaron su momento más negro el pasado 21 de marzo, cuando se dieron a conocer los problemas de liquidez que arrastraba el banco inversión estadounidense Bear Stearns, que finalmente fue adquirido por JPMorgan.A su parecer, la crisis de Bear Stearns marcó un punto de inflexión en los mercados de crédito al impulsar a la Reserva Federal estadounidense (Fed) a demostrar que haría lo necesario para asegurar la liquidez y prevenir la sucesión desordenada de venta de activos.Asimismo, la firma valora positivamente la reacción del banco suizo UBS, uno de los mayores afectados por la crisis de las hipotecas basura originada en Estados Unidos, por considerar que podría estar liderando el camino en cuanto a una evaluación de riesgos cada vez más realista.En este sentido, considera que si se confirma su pronóstico de que los mercados de crédito ya han atravesado su peor momento, y las direcciones de los bancos están afinando sus previsiones, la volatilidad de los mercados de valores se reducirá.No obstante, Merrill Lynch incide en que el escenario macroeconómico no se aclarará a corto plazo, y que los resultados trimestrales que presenten los bancos tampoco reflejarán una mejora significativa de los resultados ni un cambio del modelo de negocio.Agrega además que las noticias procedentes del sector financiero "seguirán siendo malas" por el momento. Éxito de la emisión del SantanderLa firma también resalta que los grandes bancos europeos han logrado emitir bonos con éxito, lo que podría contribuir a disipar sus temores sobre el escenario crediticio actual, pero reconoce que sólo lo han logrado aquellos que denomina "campeones nacionales", entre los que cita al Banco Santander.Merrill Lynch también matiza que la mayor confianza de las entidades sólo se refiere a los mercados de crédito simples, mientras que por el momento la actividad de productos de crédito estructurados permanece "prácticamente inexistente".