Las declaraciones de Merkel ante el Bundestag se produjeron antes de que la canciller germana viajara a Bruselas para reunirse con el resto de líderes de la UE, que se encuentran divididos respecto al camino a seguir para prestar asistencia a Grecia frente a sus problemas de endeudamiento.

En este sentido, Merkel indicó que el Gobierno alemán defenderá "con firmeza" en dicha cumbre su posición favorable a que cualquier ayuda de emergencia combine préstamos bilaterales entre miembros de la zona euro y la intervención del FMI, aunque subrayó que estas medidas sólo deberían adoptarse como "último recurso" y añadió que Alemania "colabora estrechamente con Francia en esta cuestión".

Asimismo, la canciller alemana reiteró su negativa a aceptar ayudas concretas para Grecia, añadiendo que el país heleno "no es insolvente" y, de hecho, ha puesto en marcha un "ambicioso programa de austeridad". No obstante, admitió que si alguno de los países miembros acabara declarándose en quiebra en la actual situación, supondría un grave riesgo para el conjunto de la zona euro.

"ACABAR CON LOS TRUCOS"


Por otro lado, la canciller germana hizo hincapié en la importancia de respetar los términos del Pacto de Estabilidad sin atajos ni artimañas y afirmó que los recientes acontecimientos han demostrado que Europa no cuenta con instrumentos suficientes para salvaguardar la estabilidad de la unión monetaria.

"Un buen europeo no es necesariamente aquél que corre para ofrecer ayuda, sino aquél que respeta los tratados europeos y los derechos de los estados para no dañar la estabilidad de la eurozona", dijo Merkel, quien advirtió de que "se debe acabar con los trucos", por lo que es necesario fijar un mecanismo para restaurar el orden dentro de la eurozona sin desestabilizar al bloque si alguno de sus miembros no repeta las reglas.