Cada vez se hacen oír más alto las voces disidentes del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) y se habla con más frecuencia de modificar antes de lo previsto la relajación cuantitativa (QE). Estas opiniones aún se ven superadas por los miembros menos estrictos de la Fed, con el propio Ben Bernanke a la cabeza.
Otra cosa será en qué medida la tasa de paro se acercará a la condición establecida por la autoridad monetaria estadounidense para dar fin a la QE: que se sitúe por debajo del 6,5% a final de año. La actual recuperación de EE UU ha sido claramente menos boyante que las anteriores, debido, sin duda, al endeudamiento, y la creación de empleo ha sido más lenta. Pero la tendencia a la mejora del empleo se mantiene y parece probable que el crecimiento de la fuerza laboral acerque la tasa de paro más hacia el 7% que hacia el 8% a final de año. En absoluto sería una mala noticia, por supuesto, que el final de la QE, o incluso una tensión de la política monetaria, se debiera a las razones económicas adecuadas. Pero los mercados de riesgo tendrán en todo caso que adaptarse a tener menor respaldo de la Fed.

El nerviosismo del mercado de renta variable de EE UU durante la semana pasada probablemente fue un anticipo de esa ansiedad ante el fin de la QE, aunque los datos macroeconómicos y los renovados temores que suscita una posible burbuja inmobiliaria en China (véase más abajo) también influyeron. En este contexto, la deuda pública de EE UU se benefició de una modesta huida hacia la calidad. Este patrón podría mantenerse durante un tiempo, en la medida en que las tendencias de mercado tenderán a aplanarse en general. El USD sigue presentándose como un ganador en este escenario, tanto frente al EUR como al JPY. La renta variable de la Eurozona repuntó el viernes, fundamentalmente gracias a los datos alemanes, y evolucionó mejor que la estadounidense durante la semana, algo que sucedió por primera vez en cierto tiempo. Un resultado menos catastrófico en las elecciones italianas de esta semana podría apoyar esta situación. No obstante, la situación macro general de la Eurozona y el nivel del EUR aún siguen siendo un lastre para el Eurostoxx.

MACRO AL DÍA: Un poco de todo
En EE UU, los datos se situaron de nuevo en el lado de la debilidad. La construcción de vivienda iniciada cayó un 8,5% en enero, pero las licencias de construcción fueron algo mejores de lo esperado. Esto no modifica la conclusión de que el mercado inmobiliario está firmemente en la senda de la recuperación. El aumento de la construcción iniciada y las licencias en términos interanuales fue del 23,6% y el 35,2%, respectivamente, y las ventas de viviendas parecen sólidas. El Markit PMI adelantado para febrero fue algo peor de lo previsto, pero aun así se situó en un saludable nivel de 55,2. Más claramente negativo fue el informe manufacturero de la Reserva Federal de Filadelfia, que en febrero sorprendió con una lectura tan baja como de -12,5, posiblemente consecuencia de la incertidumbre derivada de las negociaciones del abismo fiscal.

En la Eurozona, los indicadores PMI manufacturero y de servicios en febrero fueron en general más flojos de lo esperado, situándose en 47,8 y 47,3, respectivamente, con el dato PMI compuesto en 47,3. Las cifras para Alemania fueron de 50,1 en el caso manufacturero y de 54,1 en servicios, algo por debajo de las expectativas,pero muy por encima del resto de la Eurozona. Los indicadores ZEW e IFO de febrero dieron razones para el optimismo, al sugerir un claro sentimiento empresarial positivo. Y ello a pesar de que el desglose de las cifras del PIB de Alemania para el último trimestre de 2012, reflejó una contracción del 2% respecto al trimestre precedente, lo que parece indicar que la crisis de la Eurozona está pasando factura. La demanda interna alemana, creció un 0,2% en los últimos tres meses del pasado año, impulsada por el consume privado y el gasto publico. Aunque nada más lejos de un gasto compulsivo…

Las cifras de inflación tanto de EE UU como de la Eurozona fueron moderadas, pero el crecimiento de los precios inmobiliarios en China en enero alimentó las expectativas de nuevas medidas restrictivas por parte de las autoridades del país asiático. Gestionar una posible burbuja inmobiliaria en China, no será una tarea fácil.