El objetivo primordial de la nueva compañía que surgirá tras la OPA de Abertis, es convertirse en el nuevo gigante mundial de infraestructuras, pudiendo competir por una cartera de proyectos localizados en mercados estratégicos, como Norteamerica, Europa y Australia, por valor de unos 200.000 millones de euros. En este nuevo grupo empresarial, Atlantia será el máximo accionista con un50%, ACS el 30% y Hochtief el 20%.
El valor de la cotización de la compañía ha bajado un 0,5% durante esta semana. A pesar de la situación actual que atraviesa Abertis, los resultados del primer trimestre de este año han sido muy favorables, con un beneficio de 182 millones de euros, lo que se traduce en un 18% más en términos comparables al mismo periodo del pasado año. El resultado bruto de explotación (EBITDA), alcanzó los 780 millones de euros, un 7% más, además, la compañía ha disminuido la deuda neta hasta los 15.204 millones de euros, un 1% menos con respecto al cierre de 2017.
Una vez que se alcance la liquidación de la OPA, los nuevos accionistas abordarán las iniciativas necesarias para hacerse con el potencial porcentaje de Abertis que no acuda a la oferta, con la única finalidad de excluirla de la cotización, lo que supondría la salida de la compañía de la Bolsa y, por lo tanto, del IBEX 35, que estaría compuesto temporalmente por 34 empresas.
Los tres nuevos socios de la compañía han firmado una alianza hispano-italiana que tendrá una duración de 10 años, no pudiendo vender títulos hasta alcanzado el quinto año.
La liquidación de la OPA de Abertis supone un ‘pistoletazo de salida’ para otras operaciones colaterales. Nos referimos a la venta de Cellnex, la filial de antenas de telefonía móvil, a la familia Benetton, la ampliación de capital de Hochtief y la posterior entrada de Atlantia en su accionariado como segundo mayor socio por detrás de ACS.