Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCSE) las perspectivas no son optimistas: una modesta recuperación llegará en la primera mitad de 2010, después de una ralentización en 2009.

Además, la tasa de paro en el año próximo en todos los países del G8 y en el área de la OCSE a dos cifras, es decir, al menos al 10 por ciento.


Los sindicatos mundiales prevén otros 200 millones de trabajadores en riegos de pobreza, según la organización.

La cumbre, que se celebra en Roma desde ayer y será clausura mañana, busca posibles intervenciones tanto a nivel estatal como a través de la coordinación internacional para afrontar el problema del paro y el apoyo a las familias más desfavorecidas.

Además de los ministros de trabajo del G-8, han sido invitados al encuentro los representantes de los países con economías emergentes como China, Egipto, Suráfrica, México, India y Brasil.

En estas jornadas participan, además, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Angel Gurría, y el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavia.

También asistirán el subdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), John Lipsky, y el comisario europeo para los asuntos sociales, Vladimir Spidla