Un estudio, que podría ser anunciado este mismo viernes, se centraría en la regulación de los asesores financieros y en la posibilidad de que los mismos fueran supervisados por un regulador propio.
El otro estudio, se centrará en la posibilidad de crear un organismo supervisor para los distintos brokers y aquellas empresas que ofrezcan servicios de asesoramiento a sus clientes particulares.

La implantación de estas nuevas medidas ha sido una prioridad para la responsable de la SEC, Mary Schapiro, quien frecuentemente se ha quejado de que hasta el momento, algunos inversores no eran capaces de distinguir entre un asesor financiero y un chiringuito que podía ofrecer cualquier tipo de producto financiero.

Actualmente, brokers y asesores, tienen que cumplir dos normas diferentes cuando ofrecen algún servicio a sus clientes. Los asesores tienen la obligación de ofrecer el producto que mejor se adapte a las necesidades de sus clientes. Las exigencias para los brokers son algo menores, pues se reducen a ofrecer a sus clientes aquellos productos que "sean adecuados" a sus clientes.

En cualquier caso, durante los últimos años, la frontera que separaba a ambos ha ido desapareciendo, y poco a poco los brokers, han empezado a gestionar las propias carteras de sus clientes. Esto puede dar lugar a un conflicto de intereses, ya que por un lado, el broker puede aconsejar a sus clientes la compra de un producto de su propia compañía, por la que él mismo se lleva una comisión.

Por ese motivo, la industria de los brokers ha propuesto una solución: "Lo que esperamos de esta nueva normativa por parte de la SEC, es que nos permita gestionar ese problema, dejando que el cliente pueda darse de baja de nuestros servicios si así lo desea" comentó Ira Hammerman, responsable de SIFMA (Asociación de Valores y Mercados Financieros).