Por un lado, las compañías redujeron sus gastos en mano de obra, a medida que la economía se contraía, reduciendo las horas de empleo al ritmo más alto en seis años. En EEUU cuando un empleado trabaja menos de 35 horas por semana no percibe beneficios como seguro médico, vacación pagada, o indemnización por despido.
Los economistas habían calculado que la productividad subiría un 0,9 por ciento entre julio y septiembre, después de un incremento del 1,1 por ciento en los tres meses anteriores. Es cierto que aumentó el costo de la mano de obra, pero ese incremento ocurrió después de una caída del 2,6 por ciento entre abril y junio.
El número de horas trabajadas bajó a un ritmo anual del 3,1 por ciento, la mayor disminución desde los tres primeros meses de 2002. La producción de la economía -excluida la agricultura- cayó a un ritmo anual del 1,9 por ciento, la mayor reducción desde la recesión de marzo a noviembre de 2001.
Comparada con la del tercer trimestre de 2007, la productividad ha subido un 2,1 por ciento, cerca del promedio anual del 2,5 por ciento registrado desde 1994. En un año los costos de mano de obra han subido un 1,4 por ciento.
El Departamento de Trabajo divulgará el viernes su informe sobre el desempleo en noviembre, y la mayoría de los analistas cree que el índice subirá del 6,5 al 6,7 por ciento, en un mes en el cual calculan que la economía tuvo una pérdida neta de 300.000 a 325.000 puestos de trabajo

