La caída de los precios respecto a octubre de 2010 se explica en gran medida por el impacto hace un año de la subida de los impuestos indirectos al tabaco y refleja la debilidad de la demanda nipona, así como la persistente amenaza de deflación sobre la tercera economía mundial.

Asimismo, el fortalecimiento del yen en los mercados de divisas ha permitido abaratar significativamente el coste de las importaciones japonesas, lo que se refleja en la evolución de la tasa de inflación.