De esta forma, la inflación volverá a registrar tasas positivas antes de que acabe el año y cerrará el mes de diciembre en el 1% en tasa interanual, lo que hace que los riesgos de deflación estén "acotados" y que no quepa esperar retrasos en el gasto de consumo derivado de expectativas bajistas de precios.

Aún así, la media del año será negativa y se situará en el -0,2%. Por su parte, la inflación subyacente (que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados) probablemente registre alguna décima adicional de recorrido a la baja, pero cerrará el año en un promedio cercano al 1%.


En el mes de mayo, el IPC se mantuvo sin cambios respecto al mes anterior, pero bajó siete décimas en tasa interanual, hasta situarse en el -0,9%, una décima más de lo que se esperaba a tenor del dato avanzado del IPC armonizado (IPCA), que situaba la variación interanual de los precios en el -0,8%.

De esta forma, la inflación alcanzó en mayo un nuevo mínimo histórico, tras encadenar su décimo descenso consecutivo. En concreto, desde 1961, año en el que se inicia la serie histórica del IPC, nunca se había experimentado una tasa interanual tan negativa de crecimiento de los precios.

Esta tasa del -0,9%, la tercera consecutiva en valores negativos, contrasta con la obtenida en mayo de 2008 (4,6%), uno de los meses en los que los precios mantenían una senda ascendente debido al encarecimiento del petróleo.