Es probable que la fase de ajuste en bolsas haya terminado o esté próxima a completarse. El rebote del jueves pasado ofrecía buen aspecto, pero el viernes terminó flojo de nuevo, con retrocesos (EuroStoxx-50 -0,5%; Ibex -0,8%; S&P500 -0,3%...).
El mercado no se rige por fórmulas matemáticas, así que lo único que se puede decir con relativa confianza es que las bolsas han tenido el ajuste que necesitaban porque hace apenas 15 días se encontraban próximas a los niveles que identificamos como adecuados por valoración (2.700 para S&P500; 4.200/4.300 EuroStoxx-50…) y, de haber seguido subiendo, habrían consumido todos sus potenciales para 2018.
Pero ahora, tras el ajuste, sus potenciales son más cómodos (casi +20% para el EuroStoxx-50), de manera que el golpe recibido parece suficiente. Pero no olvidemos que en estos casos funciona la “ley del péndulo”, de manera que el ajuste podría continuar algo más hasta ponerse en evidencia que es excesivo. Entonces entraríamos en una fase de estabilización que podría desembocar en un rebote, puesto que ni el fondo del mercado, ni ningún factor director clave (macro, resultados empresariales, presión de la liquidez) ha cambiado estructuralmente.
Si se ha producido algún deterioro, éste ha sido sólo superficial: Unos beneficios empresariales europeos ocasionalmente menos sólidos de lo esperado, un encarecimiento transitorio del petróleo debido a las tensiones A.Saudí/Irán y la proximidad de la reunión de la OPEP el 30 Nov. o una excesiva apreciación coyuntural del euro... que esta mañana ya se ha depreciado de nuevo hacia 1,174/€ debido al fracaso de las negociaciones en Alemania para formar coalición de Gobierno. Pero se trata de cambios poco importantes y en ningún caso estructurales.
Por eso la estabilización debe estar cerca y no es descartable un pequeño rebote. Las bolsas cuentan con unos soportes técnicos que parece han funcionado la semana pasada (2.550 para S&P500; 3.530 para EuroStoxx-50; 10.000 para Ibex) y ofrecen unas valoraciones que ahora resultan más atractivas (2.700, 4.200/4.300,
11.700/11.800 respectivamente). Por tanto, podríamos decir que están, de alguna forma, atrapadas entre unos soportes técnicos que han funcionado y unas valoraciones que vuelven a parecer atractivas, así que la preocupación debería ir reduciéndose.
Probablemente el desenlace más sano hasta final de año sea la lateralidad.
Esta semana lo más importante serán las primeras cifras sobre las ventas en Acción de Gracias (jueves) y Black Friday (viernes), que podrían publicarse el viernes hacia el mediodía en Europa. Si salen buenas las bolsas no harán gran cosa porque todo o casi todo lo bueno está ya en precios. Recordemos que el Día del Soltero (11.11) en China fue bueno (+40%) y el mercado ni se despeinó. Pero si salen malas podríamos tener un cierre de semana con regreso a las caídas.
Eso sería peor a corto plazo, pero proporcionaría más recorrido para 2018 y, entonces, es probable que el arranque de principios de año fuera bueno. El arranque semanal estará obstaculizado en Europa por el fracaso de Merkel para formar gobierno, pero puede que sólo se trate de parte de la negociación política y luego se reconduzca a mitad de semana, con el apoyo de la macro americana, que parece será buena.
En definitiva, lo que realmente importa es comprobar si el ajuste tiende a terminar y si las primeras ventas de la campaña navideña en Estados Unidos son buenas… que es lo que debería ocurrir teniendo en cuenta la magnífica situación del empleo (paro en niveles friccionales) y la reciente aceleración de PIB. Entre la caída y la estabilización nos inclinamos por la estabilización, con la entrada de los primeros cazadores de gangas que tienen ya la mente en 2018. Puede que no suceda hoy mismo, pero sí a lo largo de esta semana.