Ese presupuesto incluye un controvertido plan para devolver dinero en metálico a los contribuyentes, por un total de dos billones de yenes (21.675 millones de dólares), que ha sido incluso contestado por miembros del partido gubernamental PLD y rechazado frontalmente por la oposición.

En la primera sesión de la Dieta, abierta con pompa por el emperador Akihito, intervino el ministro de Finanzas, quien abogó por una rápida aprobación de las iniciativas económicas ante la seriedad de la crisis.


"La economía de Japón se ha visto negativamente afectada por esta crisis y está empeorando, con descensos en las exportaciones y en la producción, y un desplome del consumo", apuntó Nakagawa.

"Los mercados financieros de todo el mundo están inmersos en una crisis que sólo pasa cada cien años y, debido a ello, estamos viendo una recesión económica a escala global", agregó.