Una decisisión que se lleva meses arrastrando desde que el pasado mes de diciembre la enorma cantidad de entidades implicadas han ido retrasando la fecha. El paso definitivo fue el acuerdo de los 10 principales acreedores alcanzado en marzo tras vender las reticencias de BBVA, entidad menos proclive a salvar la empresa.

Fuentes de la negociación muestran su escepticismo sobre la capacidad de Santamaría de hacer frente a sus compromisos dentro de tres años, pero señalan que "lo que nadie quiere ver ni en pintura es un concurso de acreedores tan grande justo ahora, con el año tan difícil que estamos vivienda y con la tormenta que viven los mercados".