El protocolo que firmó la familia Polanco-Moreno tres años antes del fallecimiento del cabeza de familia y entonces presidente de Prisa, Jesús de Polanco dejó atado y blindado el futuro de la compañía para los próximos diez años. Según lo establecido en el acuerdo, la mujer ni ninguno de los cuatro hijos de Polanco podrá transmitir o disponer de su participación en la compañía durante una década.Sin embargo, y de forma excepcional, el empresario condicionó la venta al acuerdo de todos los hermanos Polanco-Moreno. Por tanto, si los cuatro- Ignacio, Isabel, María Jesús y Manuel- aceptan desprenderse
en bloque de sus acciones, podrán transferirlas antes de 2017. La claúsula además establece que estas decisiones se tomarán en conjunto con los participantes de Rucandio, sociedad que controla el grupo de comunicación.La compañía está inmersa en rumores de concentración en su sector. Las últimas informaciones establecen como protagonista a Rupert Murdoch y la compra del gigante Dow Jones, con lo que “el blindaje” de Prisa le permitiría entrar en el juego de las multimillonarias ofertas vigentes en el sector.