La pérdida neta de ING entre octubre y diciembre fue de 712 millones de euros, frente a la pérdida de 3.710 millones de euros del mismo período de 2008, cuando se vio muy afectado por enormes depreciaciones por la crisis financiera.

Tras dos trimestres consecutivos con beneficios, ING volvió a los números rojos porque los resultados se vieron afectados por los 930 millones de euros que pagó a Holanda por las garantías que le dio sobre parte de su cartera durante la crisis financiera. Asimismo, la compañía también provisionó 686 millones de euros para futuras pérdidas por morosidad, un 19% más que un año antes.

El beneficio subyacente, muy seguido por los analistas porque descuenta los extraordinarios, fue de 74 millones de euros, frente a una pérdida subyacente de 3.100 millones de euros un año antes. En el tercer trimestre, el beneficio subyacente había sido de 778 millones de euros.