Mientras esto ocurre y los diferentes miembros de la Reserva Federal van dejando sus comentarios a los mercados, los inversores han comenzado a sentir una verdadera preocupación sobre las consecuencias de la retirada de estímulos sobre los mercados.

Ya hemos visto cómo las bolsas estadounidenses son incapaces de seguir conquistando máximos y cómo activos como el Treasury sigue encareciéndose hasta alcanzar una rentabilidad no vista desde hace dos años. Por estas razones, la cita más importante de la semana será la publicación las actas de la última reunión del FOMC, el pasado mes de julio.

Los expertos de Barclays consideran que el tapering comenzará el próximo mes de septiembre, al contrario que otros, que creen que la FED comenzará con una retirada muy paulatina de sus estímulos hasta finales de este año.
Como siempre, no se esperan grandes cambios en el discurso de la FED y habrá que estar muy atentos a simples detalles.

Los economistas del banco británico creen que habría que vigilar, por ejemplo, algún cambio en el umbral de la tasa de desempleo que utiliza la Autoridad Monetaria para marcar el pistoletazo de salida al tapering y que, en estos momentos, está en el 6,5%.

En Barclays apuntan que cualquier discusión sobre este asunto podría verse como un síntoma dovish que podría afectar positivamente a las bolsas. Creen que en esta circunstancia cabría vigilar el comportamiento del dólar, sobre todo frente a algunas divisas emergentes. También cabrían reacciones en la evolución de la rentabilidad del bono.

Hay que recordar que el comunicado de la reunión del pasado 30-31 de julio fue más dovish de lo esperado, al hacer hincapié en que una inflación persistentemente por debajo del 2% objetivo podría tener riesgos para la evolución de la economía y, aunque se anticipa que en el medio plazo los precios subirán, el mensaje que se interpretaría es que no habría tanta prisa por comenzar la retirada del QE.