En su opinión, esta situación se debe a que, el sector se comporta "de forma más estable que otros en las partes más bajas de los ciclos económicos" y a que la propia empresa ha experimentado "un importante crecimiento, acompañado de un fuerte incremento de la diversificación de los negocios y mercados".

Precisó que el modelo de Iberdrola es "muy diferente al del resto del sector eléctrico europeo, en el que sus competidores se caracterizan por "un peso mucho más reducido de los negocios regulados frente a los liberalizados, una presencia muy pequeña en el negocio de renovables y, en casi todos los casos, un mix de producción poco diversificado". Ello, en su opinión, da a la eléctrica "una gran fortaleza ante el escenario económico actual y una gran seguridad de cara al futuro".

Por esta causa, consideró que, pese que el entorno actual dificulta la realización de previsiones, Iberdrola prevé que tanto el beneficio operativo bruto como el ordinario "puedan situarse por encima del de 2008" y repartir un dividendo simliar al de este ejercicio, gracias también a la desinversión de activos no estratégicos del grupo.