El jefe del Estado francés, Nicolás Sarkozy, recordó que los objetivos de esta dotación son "apoyar el desarrollo" de las compañías del país para "conservar en Francia las fábricas y detener las deslocalizaciones" y "dar seguridad al capital de las empresas estratégicas".

A ese último respecto, advirtió de que no tiene "intención de que toda la industria francesa la compren (extranjeros) a un precio irrisorio cuando el Estado puede intervenir" para evitarlo.

"Quiero que en nuestro país se sigan fabricando trenes, barcos y aviones", subrayó Sarkozy, que justificó así las intervenciones del Estado en el capital de Alstom, de los Astilleros del Atlántico o de EADS, y apostilló que trabajará para impedir que "Francia sea únicamente una reserva para turistas".

Avanzó que en la estrategia de inversión "hay que elegir los proyectos buenos", porque "este fondo no tiene vocación de hacer perdurar empresas que no sean viables", sino "salvar a las que tienen futuro".

Puntualizó que el fondo, en principio, tendrá participaciones minoritarias, porque no pretende controlar y dirigir las empresas en las que esté, y no descartó alianzas con otros accionistas "que acepten una orientación de inversión a medio plazo".

El "fondo estratégico de inversión" estará presidido por el director general de la CDC, Augustin de Romanet, y a su lado habrá "un comité de orientación" encargado de su gestión, en el que habrá representantes sindicales y empresariales, presidido por Jean-François Dehecq, del gigante farmacéutico Sanofi-Aventis.

Más allá de esta iniciativa, Sarkozy señaló que con sus otros socios europeos "vamos a definir una estrategia ofensiva" frente a la crisis, de la que no dio detalles.

Y haciendo balance de su acción en las últimas semanas frente a esa crisis, indicó que "sin mi energía no se hubieran tomado tantas iniciativas en Europa y en el mundo", antes de reiterar que "la crisis debe forzarnos a tomar más iniciativas".