El pasado 13 de enero era Standard & Poor's quien degradaba, también en dos peldaños, la nota española. Bélgica, Italia, Eslovenia y Chipre también han sufrido una degradación de su deuda, mientras que la nota de Irlanda se mantiene en BBB+ pero con perspectiva negativa.

Según la nota enviada al cierre de las Bolsas europeas, la rebaja de la calificación crediticia de España refleja la incertidumbre y malas perspectivas de la economía española, así como la "ausencia de un auténtico y creíble cortafuegos para la crisis de deuda europea". También señala que es consecuencia de la desviación del déficit de 2011 y la implicación que ello tendrá para las finanzas públicas durante este ejercicio.


"Los factores que han provocado el recorte reflejan la naturaleza sistémica de la crisis en la eurozona y la vulnerabilidad de España debido a sus altos niveles de deuda y déficit". Uno de los escalones de esta rebaja se debe a la "debilidad sistémica" que sólo puede resolverse con una reforma fundamental de la Unión Monetaria, dice Fitch. Con una nota de A y perspectiva negativa, España está pagando "la continua corrección de los desequilibrios macroeconómicos y financieros en los que incurrió durante la época del 'boom'.

Desde la última revisión de Fitch, en octubre de 2011, ha habido un "deterioro significativo" en el perfil fiscal del país. Pese a que el nuevo gobierno ha anunciado una serie de medidas para reducir el déficit desde el 8%, Fitch considera que esta desviación "ha hecho disminuir la credibilidad del programa de consolidación fiscal de España".

Las previsiones de la agencia para 2012 evidencian que el objetivo del déficit del 4,4% "no es realista" y estima que finalmente este año cerrará con un desequilibrio presupuestario del 6% del PIB, es decir, en el nivel que debía haber cerrado el pasado año.