En su opinión, esta transacción es “negativa”, ya que reducirá el perfil de liquidez del grupo presidido por Antonio Brufau en el corto plazo. Sin embargo, la colocación de bonos llevada a cabo la semana pasada por Repsol “ha relajado la presión del calendario de pagos de la sociedad y ha sido empleada para refinanciar la mitad de la deuda de ésta con vencimiento a 2012”. Estos analistas esperan que la petrolera se deshaga del 10% recomprado a Sacyr en la primera mitad de 2012, para recuperar la liquidez previa a la transacción, y advierten que si no lo hace probablemente tomen acciones negativas con respecto a su calificación.


“El rating de Repsol se sustenta en el modelo de negocio downstream flexible en España, que da a la compañía una ventaja competitiva; así como en su posición establecida en el mercado de gas natural licuado”, explica Fitch. Mientras que la perspectiva estable refleja sus expectativas de que el grupo “mantenga su posición dominante en la industria downstrem”.