Nicaragua pasa por una dura crisis energética que provoca apagones en algunos sectores durante más de ocho horas diarias y el Gobierno de Ortega mantiene una disputa con Unión Fenosa, que adquirió en 2000 el monopolio de distribución de energía en un proceso de privatización.El Gobierno exige a la eléctrica española que haga inversiones para mejorar la distribución, que afirma que no ha cumplido, mientras que la empresa protesta porque no se le permite subir las tarifas pese a un alza en los costes.Unión Fenosa ha dicho que en seis años había inyectado al sistema 65 millones de dólares.