Este ejercicio que agoniza ha vuelto estar protagonizado por Estados Unidos, donde el fuerte empujón de las tecnológicas ha provocado que sus principales índices se revaloricen entre un 19%, en el caso del S&P 500 y un 32% si hablamos del Nasdaq. No está nada mal para unas bolsas que en marzo del año que viene cumplirán nueve años de subidas ininterrumpidas y en las que no se ha producido una corrección desde junio de 2016, cuando los británicos votaron a favor del Brexit.
La llegada al trono de la Casa Blanca de Donald Trump y sus promesas –finalmente cumplidas- de una reforma fiscal, así como el nuevo tirón al alza de las tecnológicas-, han hecho que sea Wall Street quien vuelva a dominar este año en la renta variable.
Tampoco han estado mal las subidas en bolsa para las plazas europeas. La recuperación de los beneficios empresariales que ha venido de la mano de un crecimiento sincronizado en todos los lugares del mundo y de las políticas monetarias -que aún siguen siendo acomodaticias-, ha hecho que los inversores que optan por el viejo continente vayan a terminar el año con ganancias.
Entre los grandes índices europeos, tanto el italiano, como la bolsa alemana, así como la francesa, han acumulado hasta hoy alzas de más de un 10%.
Los expertos creen que por fundamentales Europa será este año la que retomará el liderazgo de las subidas. Pero es el mismo discurso que escuchan los inversores desde hace varios ejercicios y lo cierto es que este anhelo nunca se convierte en realidad. Quizá sea por el menor peso del sector tecnológico en sus índices.
Como explica Sara Carbonell, responsable de ventas institucionales de CMC Markets, “si vamos por fundamentales en Europa hay mejor potencial”. La experta considera que la valoración de las compañías del viejo continente es más atractiva. “En los índices donde hay más exceso, menos recorrido al alza tenemos”
Pero el viejo continente vive desde hace años subyugado por la política. No olvidemos que el año que viene se celebran elecciones en Italia y que Alemania sigue sin gobierno. Cuestión aparte es la problemática independentista catalana, que no tiene visos de solucionarse en el corto plazo y que sigue pesando, y mucho, sobre la bolsa española.
De hecho, el Ibex 35 se ha convertido en casi el peor índice europeo en el año y eso que terminó el primer trimestre como una de las mejores bolsas de países desarrollados del mundo y que llegó a superar subidas del 18% en algunos momentos del año. Pero, precisamente, la situación en Cataluña ha alejado a los inversores de los valores españoles. Muchos esperaban que las elecciones del pasado día 21 despejaran el camino de incertidumbres para volver a comprar títulos de nuestro país, pero no parece que la situación haya mejorado.
Salvo el propio índice europeo Eurostoxx 600 y el británico, que sigue muy pendiente de las negociaciones del brexit y la evolución de la libra, el español ocupa los peores puestos en 2017.
Fuente: Reuters