La ralentización del sector manufacturero probablemente refleja una relajación de la demanda en el resto de la economía mundial, la fortaleza del euro y el menor crecimiento de la demanda en el área de la moneda única debido a que las condiciones crediticias siguen siendo ajustadas. El
PMI del sector manufacturero en España descendió a 45,2 frente a 46,4 en marzo, su nivel más bajo en casi seis años y medio, lo cual indica que su producción se contrae a un ritmo rápido. Asimismo, la actividad manufacturera se ralentizó de forma moderada en Alemania, Francia e Italia.