Como parte del nuevo esfuerzo, la Reserva Federal de Estados Unidos invertirá hasta US$100.000 millones en la compra de obligaciones de los garantes hipotecarios Fannie Mae (FNM) y Freddie Mac (FRE), además de otros US$500.000 millones en la adquisición de valores respaldados por hipotecas. Además, el de créditos para valores respaldados por activos -llamado Term Asset-Backed Securities Loan Facility, o TALF- entregará créditos por hasta US$200.000 millones a tenedores de valores respaldados por activos, o bonos entregados como garantía por varios tipos de créditos.


El objetivo de este programa es retener a los tenedores de tales valores e inyectar capital en los mercados, fomentando la entrega de nuevos créditos. La noticia hizo que los mercados crediticios comenzaran a concentrar fuerzas nuevamente el martes y provocó una meteórica alza entre las acciones de constructoras de viviendas.


El mercado de viviendas del país claramente necesitaba algún tipo de catalizador que ayudara a detener la caída en los precios de los activos e impulsara a la gente a aumentar las compras. Las ventas de viviendas existentes cayeron un 3,1% en octubre, mientras que el precio de las viviendas medias se desplomó un 11,3% -la mayor caída mensual desde 1968- informó el lunes la Asociación Nacional de Corredores de Bienes Raíces. El mercado de viviendas había mostrado este verano boreal algunos signos de estabilización, sin embargo, los compradores parecieron desaparecer a fines de septiembre luego de que Lehman Brothers Holdings Inc. colapsara y el mercado bursátil cayera drásticamente, dijo el viernes un ejecutivo de la lujosa inmobiliaria Toll Brothers Inc. en una presentación a los analistas.

Aún así, algunos economistas creen que el mercado de viviendas no está tan lejos de estabilizarse. "Creo que estamos en la cúspide de una recuperación, o al menos saliendo del fondo", dijo Bill Knapp, estratega de inversiones de la rama de asesoría MainStay Investments de New York Life Investment Management LLC. Él señala que anualmente, las ventas de viviendas existentes -que actualmente abarcan cerca del 90% del total de ventas de viviendas del país- son de alrededor de los 5 millones al año. "Ése parece ser una clase de umbral inferior, del cual no vamos a caer significativamente", dijo.

Además, el mercado de viviendas no es débil en todos lados de manera uniforme, y los precios han caído menos en áreas geográficas donde no ha habido un gran incremento anteriormente. También hay señales de que especuladores han comenzado a comprar viviendas hipotecadas en algunas áreas, entregando algún apoyo.
Una clave para la demanda, obviamente, es la disponibilidad de créditos con precios atractivos. Las tasas crediticias bajaron durante el verano boreal, lo que ayudó a aumentar la actividad, pero posteriormente volvieron a subir en el otoño del hemisferio norte cuando comenzó la crisis crediticia.

El gobierno debía lograr bajar las tasas hipotecarias por debajo del 6% y las últimas iniciativas del Tesoro Federal lo consiguieron el martes pasado, cuando las tasas fijas a 30 años cayeron hasta medio punto porcentual y bastante por debajo del 6%. Eso, y un poco más de confianza en los mercados financieros, podría finalmente hacer la diferencia para un mercado de viviendas que está listo para comenzar a recuperarse.

"La industria de viviendas se está autorregulando", dijo Mary Miller, directora de renta fija en la firma de Baltimore T. Rowe Price Associates Inc. "Sólo necesitamos tiempo para analizar esto".