Según esta cifra, el diferencial de España con la zona euro se situaría en nueve décimas, ya que según avanzó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), el IPC adelantado situó su tasa anual en el -1%.

La estimación de Eurostat, elaborada a partir de información parcial sobre la evolución de los precios y de referencias históricas, ha coincidido en 18 veces con la cifra definitiva y ha diferido seis veces en una décima.

 En términos mensuales, los precios subieron un 0,2% en mayo, en línea con el repunte de abril. En julio de 2008, la tasa anual de inflación de la OCDE se había situado en su nivel más alto de 11 años, al 4,9%.

Según la OCDE, los precios de la energía cayeron un 16,2% interanual en mayo tras bajar un 13,5% en abril. Los precios de los alimentos aumentaron un 2,7% interanual, tras avanzar un 3,4% interanual en abril.

La continua caída de la tasa de inflación podría alimentar el temor a que las economías desarrolladas se encaminen hacia un periodo de deflación. La economía mundial se contraerá este año por primera vez desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial, por lo que los precios de una amplia gama de bienes y servicios podrían comenzar a caer.

La deflación se define como un periodo con caída sostenida de los precios y es negativa para una economía porque anima a los consumidores a retrasar sus gastos con la esperanza de que los productos sean más baratos en el futuro, lo que lleva a ralentizar la producción en las principales economías.

Sin embargo, la OCDE dijo que la inflación subyacente -que excluye los precios de los alimentos y la energía- fue del 1,7% interanual desde el 1,8% registrado en abril.

El informe de la OCDE mostró que Islandia cuenta con la mayor tasa interanual de inflación, en el 11,7%, mientras que Irlanda registró la más baja en mayo, en el -4,7%. Entre los países que han registrado una caída de los precios en mayo se encuentran Estados Unidos, Japón, Francia, Suiza, Suecia, España, Portugal, Luxemburgo y Bélgica.