El hecho de que la atención esté enfocada en la temporada de resultados empresariales, en las guerras de divisas, en el signo de las políticas económicas que se van a emprender en breve, y en el albor de reuniones geopolíticas importantes, crea un buen caldo de cultivo para la volatilidad. La apertura de las bolsas europeas resultó tranquila, fruto del sosegado cierre de Wall Street y de la sesión asiática, sin prestar demasiada atención a los resultados de Apple e IBM presentados al cierre de ayer.

Durante la mañana, una lectura del índice ZEW alemán mejor de lo previsto (pese a que en términos absolutos el índice queda en mínimos desde enero de 2009), junto con las exitosas subastas de Grecia y España (reduciendo la rentabilidad, manteniendo muy buenos ratios bidtocover en ambos casos, con alta participación de No Residentes), aupaban al Ibex por encima de los 11.000 puntos, máximos desde Abril, con el sector bancario europeo como protagonista.

Y aquí finalizaban los mejores momentos del día.

Sin previo aviso, el Banco Central de China, en una maniobra inédita desde el 2007, subía por sorpresa las tasas activas y pasivas de su banca en 25 puntos básicos, para préstamos y depósitos. Desde luego, esta medida restrictiva del consumo ha sentado muy mal a los activos cíclicos como las bolsas, las materias primas y el Euro, que empezaba a caer con fuerza hasta niveles de 1,38 frente al Dólar, lo que generaba un sesgo negativo justo antes de empezar a escuchar resultados empresariales.

Además, esta subida de tasas tiene un efecto especial en el contexto más que probable de asistir a una nueva versión del Quantitative Easing. Además de reactivar el consumo a través de inyecciones billonarias en la economía americana, el QE persigue el mantenimiento de un Dólar a la baja, que fomente las exportaciones americanas, y se puedan crear empleos asociados a esta industria, como ya advirtió hace meses Obama (ya que los datos de empleo de EEUU se encuentran muy por debajo del ritmo de crecimiento del PIB). Pero si uno de los principales destinatarios de productos americanos (China), limita el potencial de consumo de sus ciudadanos, se reduce la efectividad de las medidas expansivas. Una duda adicional en este océano de dudas.

En cuanto a los resultados empresariales, los que menos han gustado han sido los de Bank of America, que contrarrestan los anteriormente publicados por Citigroup, lo que ha servido para presionar al sector bancario americano a la baja, sector que ya tenía bastante presión por los escándalos de las ejecuciones hipotecarias fraudulentas. Hoy mismo, JP Morgan indicaba en un informe que el impacto de estos fraudes puede alcanzar los 120.000 millones de dólares. Los resultados de Goldman Sachs, mejor de lo esperado, no han servido para cambiar el ritmo de la sesión, ni contrarrestar las alzas del Dólar.

En el apartado macroeconómico, se han conocido los Datos de Construcción de viviendas en EEUU durante septiembre, quedando mejor de lo esperado, pero decepcionando los permisos de construcción, como indicador adelantado. Y es que el sector inmobiliario (Real State) es uno de los principales patrocinadores del QE, existiendo grandes posibilidades de que grandes partidas de las nuevas inyecciones sean destinadas a facilidades hipotecarias y desgravaciones en las compras de vivienda.