Las pequeñas y medianas empresas japonesas están encontrándose con dificultades para hallar financiación de cara al final del año fiscal, a causa de la crisis financiera global.
Los bancos japoneses y las otras instituciones financieras permanecen cautelosas a la hora de conceder créditos a las empresas por temor al peligro de quiebras por la crisis.
El BOJ anunció ayer la convocatoria de una reunión extraordinaria debido a la reticencia de los bancos para conceder créditos a las empresas.
El banco central recortó el 31 de octubre los tipos de interés hasta el 0,30 por ciento, desde el 0,50 por ciento en que estaban, en una decisión que muy discutida en el seno de la institución.

