El crecimiento del tercer trimestre prácticamente duplicó al del segundo, cuando la mayor economía del mundo repuntó un 1,3%.

Esta mejora se debe al mayor gasto de los consumidores, que representa en torno al 60% del PIB estadounidense. Éste creció un 2,4%, el mayor repunte desde finales de 2010, frente al 1,9% esperado por el mercado y al 0,7% del segundo trimestre. Los ciudadanos gastaron más en productos de gran valor económico como coches, y al aumento de la inversión en negocios.

Por su parte, la inversión empresarial se disparó un 16,3% durante el periodo.